Hasta el momento son 3.480 los soldados estadounidenses que han perdido la vida desde que Washington y sus aliados decidieran invadir el país mesopotámico en marzo de 2003.
El Ejército estadounidense anunció este domingo que siete de sus soldados murieron el sábado y once resultaron heridos en varios ataques en distintos puntos de Irak en las últimas 48 horas, según un comunicado del mando militar.
Uno de los uniformados pereció y cuatro resultaron heridos por el estallido de un artefacto explosivo al paso de su vehículo mientras participaba en una operación en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad.
Otro militar falleció y dos resultaron heridos por un atentado de características similares en la misma provincia.
Al sur de Bagdad, un tercer soldado perdió la vida a consecuencia de las heridas causadas por disparos de insurgentes.
El cuarto soldado falleció por el estallido de un artefacto explosivo al paso de su convoy por el oeste de Bagdad.
El quinto soldado murió el sábado por el ataque de un suicida que accionó un cinturón explosivo al encontrarse con una patrulla a pie en el oeste de Bagdad.
Por último, otros dos uniformados murieron, y tres más resultaron heridos, al estallar un artefacto al paso de su vehículo en una carretera de la provincia de Nínive, en el norte del país, según las fuentes militares estadounidenses.
Con estas muertes se supera la cifra de 3.480 soldados estadounidenses que han muerto en Irak desde el comienzo en marzo de 2003 de la invasión y posterior ocupación del país por tropas multinacionales lideradas por EE.UU. (EFE)
