Se rescataron huesos, dientes, pedazos de prendas de vestir y zapatos.
Cerca de dos mil personas de la zona están desaparecidas, la mayoría por culpa de la guerra entre grupos asociados con los cárteles de la droga.
Desde abril de 2015, en el campo de "Patrocinio" se han hallado más de 3.500 restos, presuntamente, humanos.
Más de 600 restos humanos fueron encontrados en las últimas horas en un campo del municipio de San Pedro, en el estado mexicano de Coauhila, confirmaron medios locales que citan al grupo civil Vida, formado por padres de desaparecidos.
Según la información, se rescataron huesos, dientes, pedazos de prendas de vestir y zapatos en un campo de "Patrocinio" -fosa clandestina- de San Pedro, a más de 70 kilómetros de Saltillo, la capital del estado.
La presidenta del grupo, Silvia Ortiz, explicó a la prensa que los restos fueron entregados para ser identificados.
Los ranchos de San Pedro fueron el campo escogido años atrás por los grupos delictivos que sembraron el terror en esa zona del país en la época en que la ciudad de Torreón, una de las principales de Coahuila, apareció en la lista de las más violentas del mundo, de la cual ya salió.
Según datos oficiales, casi dos mil personas de la zona están desaparecidas desde aquel tiempo, la mayoría como consecuencia de la guerra entre los grupos relacionados con los cárteles de la droga.
Elementos de la Procuraduría de Justicia del Estado, la Policía científica de la Procuraduría General, participaron en el trabajo de recolección de los restos que contó con la participación la Comisión Nacional de Derechos Humanos que, además de observar, facilitaron el trabajo.
Horas antes del descubrimiento, a mitad se semana, la Subprocuraduría para la Investigación y Búsqueda de Personas no Localizadas había informado que desde abril del año pasado en el campo de "Patrocinio" han sido encontrado más de 3 mil 500 restos, presuntamente humanos, algunos de ellos calcinados.
Para los especialistas ha sido complicado el trabajo de identificación por el proceso de degradación y la incineración de los cuerpos realizada por los sicarios que intentaron borrar las huellas de sus actos de violencia, que se remontan en algunos casos a unos ocho años.
