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Tatuaje permitió aclarar descuartizamiento de una joven en Ciudad de México

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Autor: Cooperativa.cl

Una joven de 19 años que fue asesinada y desmembrada por su novio pudo ser identificada gracias al dibujo que tenía en su espalda, que detalló su familia en la denuncia tras su desaparición.

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Murió el día de su cumpleaños, cuando su novio le partió el cuello, tras lo cual la desmembró con una sierra para repartir sus restos por toda Ciudad de México, los que la policía fue hallando poco a poco ante la conmoción general.

 

El duende sobre un hongo tatuado en la espalda de la víctima fue la clave para detener al asesino y resolver el caso que ha causado mayor alarma social en tierra azteca en los últimos tiempos.

 

Ana Laura Jiménez era camarera en el club La Perla, en el sureño barrio de Tláhuac de la capital mexicana, donde bailaba con los clientes a cambio de dinero, aunque a sus padres se lo ocultó y les hizo creer que llevaba ocho meses trabajando en una taquería.

 

Así conoció, a principios de febrero pasado, al que sería su novio, un hombre de 27 años que había pasado los últimos nueve en prisión por robar un vehículo con violencia, y quien había recobrado la libertad en octubre de 2006.

 

El 5 de marzo, el día antes de que cumpliera 19 años, Ana Laura le dijo a sus padres que se iba a celebrarlo con unos amigos y que no la esperaran hasta las 10 de la mañana del día siguiente, cuando ya lo festejaría con ellos, pero nunca regresó.

 

Su novio José (se hacía llamar José González Peña, José Hernández Hernández o José Abraham Peña Pedraza) la fue a ver al club y allí consumió tres jarras de cerveza.

 

En la madrugada se fueron juntos a la casa de él, pero primero pararon a comprar dos botellas de dos litros de vino.

 

Ya en la vivienda, él le pidió que dejara ese trabajo, pero ella le respondió que no lo haría hasta que terminara de pagar sus deudas, lo que provocó el enfado del hombre.

 

José la amenazó con dejarla e irse a Estados Unidos, y ella, ofendida, le arañó la cara y trató de pegarle, por lo que él la volteó y le rompió el cuello, tras lo cual, sin saber qué hacer, se dedicó a beber.

 

Finalmente agarró un serrucho y le cortó la cabeza, los brazos y las piernas, y a lo largo de los días fue repartiendo los restos por distintas zonas del sur de la ciudad.

 

Tres días después, el 8 de marzo, apareció un tórax femenino en Zapotitlán, en Tláhuac, con un duende posado en un hongo tatuado en la parte baja de la espalda.

 

El 17 del mismo mes se encontraron unas piernas en el Canal del Chalco, en el límite entre los barrios de Iztapalapa y Xochimilco, y el 23 hallaron los brazos en Iztapalapa.

 

Gracias al ADN, a la coincidencia en la pigmentación en la piel y en los cortes, la policía se dio cuenta de que los restos pertenecían a la misma persona.

 

La identificación del cuerpo fue posible gracias al tatuaje, explicó el fiscal de homicidios del Distrito Federal, Guillermo Zayas González, pues en su denuncia por desaparición, los padres de Ana Laura recalcaron esta característica.

 

El novio fue detenido en una clínica de Alcohólicos Anónimos en Huixquilucán, en el estado de México, donde según un testigo reconoció haberle oído decir que por haber bebido mucho "había hecho algo malo a su novia". (EFE)

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