La ONU entregó este viernes sus premios anuales a defensores de derechos humanos de distintas partes del mundo, unos activistas que "son la luz en la oscuridad" en unos tiempos en que los derechos humanos sufren ataques en todo el planeta, como señaló en la ceremonia el secretario general, António Guterres.
Entre los galardonados este año hay defensores de víctimas de la violencia sexual en el Congo, activistas por la educación en zonas indígenas de Argentina, militantes por los derechos políticos en Bielorrusia, divulgadores de derechos civiles en el mundo árabe en Jordania y luchadores contra el cambio climático.
La ceremonia se celebró en la majestuosa sala de la Asamblea General -que estaba medio vacía-, y su presidente, Dennis Francis, recordó que el galardón es este año significativo porque se cumplen 75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero insistió que los derechos humanos "trascienden los meros eslóganes, y empoderan a los individuos para reclamar unos derechos que debemos considerar sacrosantos".
Tras él intervino Guterres, que pintó un panorama sombrío del momento actual: "Los conflictos se encarnizan, con consecuencias atroces para los civiles; las desigualdades se agravan; el hambre y la pobreza están en alza; los derechos de las mujeres se estancan o retroceden y el espacio civil y la libertad de expresión están en peligro", dijo.
Guterres recordó que 450 activistas pro derechos humanos fueron asesinados el año pasado, una cifra que supuso un 40 por ciento más que el año anterior, mientras que otros 33 "se evaporaron sin dejar rastro", alertó.
A todos ellos, los muertos y los vivos, les dedicó esta frase: "Los vemos, los honramos y les agradecemos".
LOS DERECHOS HUMANOS EN LA GUERRA DE GAZA
Ni Francis ni Guterres mencionaron la actual guerra en Gaza, pese a que en las pasadas semanas se suceden las denuncias a atropellos sin precedentes de los derechos humanos y a la desprotección de los civiles ante los ataques israelíes, como tampoco lo hizo Volker Türk, Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y llegado 'ex profeso' de Ginebra para la ceremonia de hoy.
Tuvo que ser curiosamente la representante en la ONU de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, quien se saliera de las consideraciones más generales y mencionara por su nombre a varios países donde se violan los derechos humanos: China (contra los uigures), Rusia (contra los periodistas), Afganistán (contra las mujeres) o Sudán, pero al llegar a Palestina midió bien sus palabras.
Primero condenó a Hamás por "cometer horrendos actos de violencia sexual durante sus ataques" del pasado 7 de octubre, y luego dijo que en Gaza "las mujeres y los niños se llevan la peor parte de un conflicto desgarrador", pero no condenó ni criticó a Israel.
Thomas-Greenfield reconoció que también en Estados Unidos queda camino por recorrer para las personas de color y para las comunidades LGTBIQ, para los discapacitados y para gentes de diversas creencias que sufren en unos casos el antisemitismo y en otros la islamofobia.
Finalmente subieron al estrado los galardonados, que agradecieron el premio e hicieron una encendida defensa de su trabajo en condiciones casi siempre difíciles, soportando la incomprensión, la indiferencia o, en el peor de los casos, la represión y la cárcel, como los activistas bielorrusos de la asociación Viasna.
