El abuso se extendió durante seis meses y fue denunciado por la víctima en internet.
John Key se disculpó regalándole dos botellas de vino.
John Key "necesita que le recuerden que no es un dios", alegó la denunciante, que mantuvo su identidad bajo reserva.
El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, tuvo que disculparse con una mesera a la que tiró del pelo en varias ocasiones en un café en la ciudad de Auckland.
Según informaron medios neozelandeses, Key dijo haber actuado en medio de un ambiente de bromas y familiaridad y se disculpó apenas se percató de que la camarera estaba ofendida.
"Cuando me di cuenta de que se había ofendido volví al local, le regalé vino y le pedí mis más sinceras disculpas", dijo el mandatario -según el portal Stuff- en una escala en Los Angeles, Estados Unidos, en medio de un viaje a Turquía para conmemorar la batalla de Galípoli de la Primera Guerra Mundial.
Resguardando su nombre la trabajadora denunció, en la página web The Daily Blog, que el primer ministro actuó como un "acosador de recreo" cuando, en los últimos seis meses, le tiró de la coleta en varias ocasiones, estando acompañado de sus guardaespaldas.
La mujer explicó que, si bien en un principio no protestó, su actitud demostraba que no estaba a gusto, ya que incluso la esposa de Key le pidió a éste "que dejara en paz a la pobre muchacha".
La mesera dijo a los guardaespaldas que rechazaba la actitud del jefe del Gobierno y que el mismo gerente del café se lo informó a Key.
En una última ocasión la joven le espetó directamente a la autoridad que se detuviera o lo tendría que golpear, a lo que el primer ministro respondió regalándole dos botellas de vino para disculparse.
"Necesita que le recuerden que no es un dios, es sólo un hombre", escribió la camarera, quien consideró ofensivo que el mandatario le dijera que no se había dado cuenta de su molestia.
Desde la oposición, el Partido Laborista indicó que el comportamiento no corresponde a un primer ministro, mientras que Los Verdes afirmaron que Key se comportó de manera "rara" y ha demostrado que "está fuera de sintonía con la sociedad".
