Un estudio anual dio cuenta de la situaciones de riesgo y reveló que uno de cada seis no estudia ni trabaja.
Uno de cada cinco niños en Perú no va a la escuela o está atrasado en su ciclo escolar.
El informe anual "El estado de la población mundial 2014. El poder de 1.800 millones: Los adolescentes, los jóvenes y la transformación del futuro", difundido hoy en Lima por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), reveló que dos de cada tres jóvenes de Perú han sido víctimas de violencia física, psicológica o sexual.
La oficina de la UNFPA en Perú presentó los datos del estudio relativos al país con una serie de conferencias en las que alertó que en Perú existen más de 8,2 millones de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años con necesidades y demandas específicas en salud, salud sexual y reproductiva, educación y empleo.
En la presentación intervinieron la representante de la UNFPA en Perú, Elena Zúñiga; la presidenta del Consejo de Jóvenes de la Mancomunidad Regional de los Andes, Caté de la Cruz, y el secretario Nacional de la Juventud (Senaju), René Galarreta, entre otras autoridades locales.
El informe también advirtió que la tasa de embarazo adolescente alcanza el 25 por ciento en las regiones selváticas de Loreto, San Martín y Amazonas, una cifra superior a las registradas entre las adolescentes en situación de pobreza y entre aquellas con menor acceso a educación a nivel nacional.
Además, el estudio reveló que uno de cada seis jóvenes peruanos no estudia ni trabaja, y la tercera parte se encuentra subempleado, con un salario menor a los 600 soles (más de 120 mil pesos chilenos) mensuales, lo que está por debajo del salario mínimo, fijado en Perú en 750 soles (más de 150 mil pesos chilenos).
Por lo que respecta a los adolescentes de entre 12 y 16 años, uno de cada cinco no está en la escuela o está retrasado en sus estudios.
Zúñiga destacó que "los avances del Estado peruano para atender las demandas de la población adolescente y joven", pero enumeró una serie de necesidades que el país debe mejorar para asegurar el bienestar de sus jóvenes.
Entre las áreas a reforzar figura el pleno cumplimiento de los Derechos Humanos de los jóvenes, "particularmente en salud sexual y reproductiva", como el acceso a anticonceptivos y educación sexual, así como intervenciones multisectoriales que mejoren su rendimiento académico y una mayor inversión en educación y salud.
"Los jóvenes representan una enorme oportunidad para transformar el futuro, pues son innovadores, creadores, constructores y líderes, pero solo pueden hacerlo si tienen las habilidades, la salud, la capacidad de tomar de decisiones, y las oportunidades necesarias para desarrollar plenamente su potencial", sentenció Zúñiga.
