Putin llegó a Beslán tras fin de crisis de rehenes y visitó heridos en hospital

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Autor: Cooperativa.cl

Sin mayores avisos, Vladímir Putin se trasladó hasta Osetia del Norte, donde el secuestro de cerca de mil personas terminó con un sangriento rescate que dejó más de 200 fallecidos.

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El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó a la ciudad de Beslán, en Osetia del Norte, pocas horas tras el dramático desenlace de la crisis de rehenes que se cobró más de 200 muertos y medio millar de heridos.

 

Un comunicado del Kremlin difundido a las agencias rusas informó escuetamente de que en el aeropuerto de Beslán el líder ruso no fue recibido por personalidades oficiales y se dirigió inmediatamente en un microbús al hospital clínico de la ciudad.

 

Los médicos del hospital clínico de Beslán atendieron al grueso de los rehenes heridos, mutilados y quemados durante el sangriento desenlace del secuestro, para prestarles los primeros auxilios y luego trasladarlos a otros centros médicos de la región.

 

Según datos oficiales, en los hospitales de Osetia del Norte requirieron asistencia médica 704 personas, aunque pocas horas más tarde esa cifra se redujo a 531, incluidos 283 niños, pues el resto presentaban heridas leves y ya fueron dados de alta.

 

El número de víctimas mortales, por ahora cifrado en más de 200, aún puede aumentar, pues las autoridades sanitarias informaron de que hay muchos heridos "en estado muy grave", incluidos 92 niños.

 

El jefe del Kremlin, acompañado del médico jefe del hospital, recorrió durante media hora todas las salas del centro, empezando por las de los más graves y terminando por las de los niños, según la agencia Interfax.

 

Posteriormente, al líder ruso se le sumó el presidente de Osetia del Norte, Alexandr Dzasójov -quien en los tres días del secuestro sólo apareció en público esta noche, tras el cruento desenlace de la crisis, y ambos se dirigieron a la sede de la Administración local, donde estos días se habían alojado el gabinete de crisis.

 

Durante las casi 60 horas que duró el drama de unos 1.200 rehenes secuestrados en una escuela de Beslán por un comando terrorista que exigía el fin de la guerra de Chechenia, Putin no se dirigió a la nación y sólo aludió en una ocasión a la crisis de los rehenes.

 

El líder ruso, quien la víspera del secuestro descartaba negociar con los terroristas y prometía aniquilarlos, dijo el jueves que "lo principal es salvar la vida de los rehenes", lo que se interpretó como promesa de abstenerse por ahora de una operación de rescate.

 

Hace casi dos años, cuando otro comando suicida chechén, con las mismas exigencias, capturó el teatro Dubrovka de Moscú con casi un millar de personas, Putin también habló de garantizar la seguridad de los rehenes, pero no dudó en ordenar una polémica operación de rescate que terminó con la muerte de más de un centenar de cautivos.

 

Ahora, la asociación que agrupa a los familiares de las víctimas del Dubrovka se había dirigido a Putin para pedirle "misericordia con los niños de Beslán" y que no se repita el trágico asalto que el líder ruso calificó entonces de operación "brillante y ejemplar".

 

Y es que esta nueva crisis de los rehenes había puesto al líder ruso ante la difícil disyuntiva de seguir fiel a su intransigencia con el terrorismo o bien admitir unas imposibles negociaciones cuyo precio era la vida de centenares de niños. (EFE)

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