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El libro "Rodrigo y Carmen Gloria, Quemados Vivos"

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Autor: Cooperativa.cl

La investigación periodística que el mismo año 1986 realizó Patricia Verdugo.

El libro
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El 2 de julio de 1986 una patrulla militar, a cargo del teniente Pedro Fernández Dittus, detuvo a 2 jóvenes en Estación Central, en medio de la convocatoria a paro nacional contra la dictadura de Augusto Pinochet.

Rodrigo Rojas De Negri y Carmen Gloria Quintana no fueron puestos a disposición de un tribunal o acusados de algún delito, simplemente fueron subidos al vehículo del Ejército y quemados con el material inflamable que portaban para una barricada.

Tampoco fueron trasladados a un centro asistencial, sino que se les abandonó en un camino en Quilicura, lejos del lugar donde fueron apresados.

Rodrigo Rojas murió luego en la Posta Central. Carmen Gloria Quintana sobrevivió, pero con profundas heridas y enfrentó un largo proceso de rehabilitación, fuera de Chile.

El Ejército fue presto sólo para salir a desmentir su participación en los hechos y su mandamás, el propio dictador Pinochet, desestimó los informes policiales que detallaban la acción militar. Se quemaron solos fue la versión oficial.

Entre el silencio forzado de los conscriptos y la tesis de reprimir "por la patria" a todo opositor que marcaba a los oficiales, la justicia luego sólo se atrevió a sancionar a Fernández Dittus por la "negligencia" de no trasladar a Rojas a un hospital, pero se le eximió de cualquier responsabilidad en el caso de Quintana.

En 2015, a casi 30 años del crimen, se reabre la investigación por la declaración de un ex conscripto, que apunta a intencionalidad directa en los hechos, pero no se trata de un "vuelco", porque a pocos meses de los delitos la periodista Patricia Verdugo ya relataba cómo los militares mataron a Rodrigo Rojas Denegri e hirieron gravemente a Carmen Gloria Quintana.

Editado el mismo año 1986 por Editorial Aconcagua, el libro "Rodrigo y Camen Gloria, Quemados Vivos" reproduce testimonios de Carmen Gloria Quinta y testigos de la detención y agresión, que describen con detalles a los oficiales, suboficiales y conscriptos que llegaron a Estación Central en camionetas, con trajes de combate y fuertemente armados.

La recopilación también da cuenta de las versiones oficiales de la dictadura, que día tras día fueron cayendo: "El Ejército desmiente categóricamente la participación de sus miembros en los hechos aludidos" y de cómo los diarios de la época reportaron el "confuso incidente"

Informar también -recuerda Verdugo en su texto- motivó que el régimen clausurara a 4 radios de la capital: Cooperativa, Chilena, Santiago y Carrera; así como requerimientos contra casi 30 periodistas.

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