Cercanos al general (r) Manuel Contreras y a los brigadieres (r) Krassnoff y Laureani llegaron hasta el recinto penitenciario habilitado para militares en Peñalolén.
Familiares del general (r) Manuel Contreras y de los brigadieres (r) Miguel Krassnoff y Fernando Laureani, llegaron hasta el penal Cordillera para realizar la primera visita desde que fueron recluidos la mañana del viernes.
Al lugar llegaron la madre de Laureani, un hijo de Krassnoff y la esposa e hija de Contreras, quienes fueron exhaustivamente revisados y acreditados antes de ingresar a ver a los reos, en un horario de visita que se extiende desde las 11:00 horas (14:00 GMT) hasta las 14:00 horas.
El grupo de ex uniformados que ya cumple su condena el viernes está encabezado por el ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), quien el viernes se declaró en rebeldía y debió ser detenido por la Policía de Investigaciones en su hogar al negarse a concurrir a los tribunales.
El militar, que debera purgar 12 años y un día de cárcel, incluso intentó utilizar un arma para evitar su aprehensión.
En el lugar, un hijo de Krassnoff manifestó que su padre "está con una fuerza increíble, está con la tranquilidad de la inocencia, enfrentando esta aberrante situación con la gallardía y la valentía con que ustedes lo vieron el día de ayer (viernes), que por lo demás corresponde a un soldado chileno".
Las penas para el resto de la dirigencia del organismo represor fueron de 10 años y un día para Krassnoff; 11 años para el coronel (r) de Ejército Marcelo Moren Brito; y cinco años y un día para el coronel (r) de Carabineros, Gerardo Godoy (encarcelado en Punta Peuco) y para el brigadier (r) Fernando Laureani.
Durante la mañana del viernes, la cúpula de la disuelta DINA fue encarcelada luego de que la Corte Suprema denegara aplicar la Ley de Amnistía para casos de violaciones a los derechos humanos, aduciendo a la fugura del secuestro permanente, mientras no aparezcan los cuerpos de las víctimas.
La DINA funcionó al servicio del gobierno militar de facto desde 1973 hasta 1978, cuando fue reemplazada por la Central Nacional de Informaciones (CNI), que cumplía las mismas funciones de represión contra los opositores al régimen de Augusto Pinochet.
