El abogado querellante en el caso colusión dijo en Cooperativa que el dictamen "restablece la justicia".
"Había mucha presión para que los ejecutivos quedaran como blancas palomas", agregó.
El abogado Jaime Mulet fue el único querellante que apeló al fallo establecido el pasado 8 de julio.
El abogado querellante en el caso de colusión de las farmacias, Jaime Mulet, dijo en GPS que el fallo de la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago que decidió anular las "clases de ética" a los ejecutivos "restablece la justicia y coloca las cosas en su lugar".
El ex diputado por Atacama se mostró "muy contento con el fallo" y resaltó que "el juez que ordenó eso (las clases de ética) en el juzgado sin duda se equivocó, por eso es que apelamos y la Corte de Apelaciones restablece la justicia y coloca las cosas en su lugar".
"Menos mal que pudimos apelar y menos mal que yo fui el único querellante que apeló, ya que los otros querellantes, incluso, habían aceptado esa suspensión condicional", destacó Mulet.
El profesional explicó que "el Ministerio Público quiso terminar este juicio, suspendiendo condicionalmente el procedimiento que significa, en definitiva, que no hay juicio, que las personas que estaban formalizadas y acusadas paguen una especie de donación a una institución de caridad y hagan 30 horas de clases de ética, no un año, lo que nos pareció casi un chiste".
"Estamos hablando de ejecutivos que fueron formalizados, que fueron acusados, a los cuales la propia Fiscalía en la acusación pidió cinco años de pena de cárcel, entonces era como una situación risible, la verdad, y es por eso que nosotros apelamos ante la Corte de Apelaciones", agregó el ex parlamentario.
Mulet añadió que "estimamos que un juicio que merece aplicarse cinco años de pena a una persona no puede seguir este procedimiento, ya que la ley lo prohíbe en ese sentido y también por la gravedad de los hechos no ameritan que la gente reciba esta forma de terminar con los juicios sin hacerlos".
Presión de las industrias
El ex diputado remarcó que "existe mucha presión de todas las industrias por terminar y porque no haya juicio, porque si hemos logrado llevar a estos ejecutivos a juicio por realizar prácticas atentatorias a la libre competencia, implica que van a poder ser juzgados en el futuro todos los ejecutivos que hagan este tipo de prácticas en distintas industrias que son oligopólicas y que abusan de los consumidores".
En este caso "había mucha presión porque el juicio se suspendiera y los ejecutivos quedaran como blancas palomas (...) Es un caso que va a generar precedentes, que implica que pueda haber justicia también contra los grandes", concluyó Mulet.
