Madre del menor insistió en que existen "hechos contundentes" para ello.
Juez de la causa cerró el proceso por considerar que los datos no servían para involucrar a terceros.
La Corte de Apelaciones de Santiago decidirá esta semana si se reabre la investigación por la muerte del pequeño Rodrigo Anfruns, ocurrida en 1979, luego del testimonio de un carabinero quien aseguró que el cuerpo del menor fue dejado en el sitio eriazo donde apareció un día antes de su hallazgo.
El menor fue encontrado el 3 de junio de 1979.
El actual juez del caso, Manuel Valderrama, argumentó en junio pasado que se optó por el cierre porque los nuevos antecedentes no sirven para determinar si hay supuestos terceros involucrados en el crimen.
Pero según la madre del menor, Paola Papi, "la verdad no ha salido, no se ha aclarado. No entendería si no se reabre, porque yo creo que hay hechos contundentes para que se reabra", indicó.
En la misma línea, el abogado querellante, Roberto Celedón, señaló que "hay un testimonio que no ha querido ser incorporado al proceso a pesar de que, ya está identificado, que da antecedente extraordinarios y relevantes con respecto del rapto y de un grupo de cuatro personas que habrían participado en este".
Según la declaración del mayor Jorge Rodríguez Márquez, el cuerpo del menor fue arrojado un día antes de su hallazgo en un sitio eriazo al lado de la casa de sus abuelos.
A pesar de la declaración del carabinero, la jueza que estaba a cargo del caso, Dobra Lusic, no pudo sobreseer al imputado Patricio Pincheira Villalobos (conocido en la época como P.P.V.), el menor que 1979 fue sindicado como responsable del homicidio, por no poder involucrar a más personas, por lo que el caso fue cerrado.
