Familia buscará que la Justicia reabra la causa por la muerte de Rodrigo Anfruns

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Autor: Cooperativa.cl

Luego de la publicación del libro "Una verdad pendiente", la familia del menor muerto en 1979 desea que los tribunales encuentren a los verdaderos responsables del crimen.

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La familia de Rodrigo Anfruns Papi, el menor que fue asesinado en junio de 1979 y cuyo caso provocó conmoción nacional, aspira a que la causa sea reabierta. Así lo reveló en conversación con Lo Que Queda del Día la periodista Soledad Pino, autora del libro "Una verdad pendiente", sobre la misteriosa muerte de menor de seis años.

 

"(El crimen) está prescrito, pero así como el caso Frei en 1982 (está en tribunales otra vez), creo que con antecedentes y la buena voluntad de los jueces, podría abrirse nuevamente. A eso aspira la familia", dijo la reportera.

 

La profesional justificó su interés por la investigación en que "a todos quienes fuimos de esa generación el hecho nos marcó profundamente. Además, en la retina de todos esto quedó como un caso no resuelto".

 

"Con todo rigor no me atrevería a calificar el crimen como político, pero sí tuvo que ver con gente de la CNI (Central Nacional de Informaciones). Fue un efecto lateral de la venta ilegal de armas que entonces hacía Famae (Fábrica y Maestranza del Ejército)", aseguró Soledad Pino.

 

Agregó que "un tío político del niño habría estado vinculado al financiamiento de la CNI y de ese modo se habría vinculado lateralmente a Famae. Se habría tomado a Rodrigo con la idea de amedrentar a su tío".

 

Recordó que "la venta ilegal de armas es un tema bastante conocido en España, donde se gestionaron muchas operaciones. Había allí empresas de pantalla porque no podía aparecer Famae. El diario El Mundo investigó los hechos. Con el correr del tiempo alguna gente de la CNI ha hablado, ha entregado antecedentes. Ahora podemos tener bien ubicado quien era cada cual".

 

Previo a esta investigación periodística, el caso fue expuesto en "La historia oculta del régimen militar", pero Soledad Pino discrepa de la hipótesis planteada allí.

 

"La teoría que se manejó, con los elementos que había, es que se tomó a Rodrigo por equivocación porque se quería amedrentar a un abuelastro del pequeño. Ese abuelastro era coronel de Ejército en retiro y trabajaba en Correos de Chile. Yo sostengo que no se lo tomó por equivocación, sino por sus vinculaciones familiares con la CNI y que se quiso amedrentar al tío político de Rodrigo, e hijo del mencionado abuelastro", aseguró la profesional.

 

Pino dijo haber contado "con la colaboración de la madre, Paola Papi, las abuelas y otras extensiones familiares del menor y añadió que "nadie de la familia creyó la versión oficial que se entregó entonces".

 

Así fue la muerte de Rodrigo Anfrus, según Soledad Pino

 

"El fin de semana Rodrigo estaba al cuidado de su abuela paterna, casada en segunda nupcias con un coronel de Ejército en retiro que trabajaba en Correos. Estaba jugando en el jardín y de repente desapareció. Se le buscó desesperadamente provocando incluso conmoción nacional. Se pegó su foto en los taxis, en las micros, en los colegios, en todos lados. Incluso Don Francisco se ofreció de canje para que entregaran a Rodrigo", recordó la periodista.

 

Doce días más tarde Rodrigo aparece muerto en un sitio contiguo a la casa de la abuela, "luego que ya se había rastreado con los mejores perros policiales de que disponía Carabineros. El niño era sobrino-nieto del general Rodolfo Stange, que llegaría a ser director de la institución y actual senador de la UDI", señaló.

 

El primer informe de autopsia reveló que quemaduras de cigarrillo en el cuerpo hechas con anticipación a su muerte. "Tenía también señales de haber sido atado de los tobillos, tenía moretones como de puntapié. Otros antecedentes me llevaron a pensar que a él lo tomaron y el caso se les fue de las manos. Creo que luego de cometido el crimen dejaron el cadáver al lado de la casa de la abuela para hacerlo aparecer como un crimen común", expresó.

 

El proceso judicial dio como culpable del crimen a un menor de edad que en la época fue identificado sólo con las iniciales P.P.V. "Por respeto a su familia, que sufrió, no pongo su nombre. Tengo el convencimiento que él es inocente", concluyó la periodista Soledad Pino.

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