El arzobispo de Antofagasta, Pablo Lizama, asumirá la administración de la "vacante" diócesis de Iquique.
La investigación en el Vaticano sigue su curso.
La Nunciatura Apostólica en Chile informó que el papa Benedicto XVI aceptó este martes la renuncia del obispo de Iquique, Marco Antonio Órdenes Fernández, quien fue denunciado e investigado por abuso sexual contra un menor de edad.
A partir de esta misma fecha, "monseñor Pablo Lizama Riquelme, arzobispo de Antofagasta, ha sido nombrado Administrador Apostólico 'sede vacante' de la diócesis de Iquique, con facultades de Obispo diocesano", se indicó.
La noticia se dio a conocer al mediodía, hora de Roma, y fue comunicada en Chile por el portavoz de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, según un comunicado publicado en Iglesia.cl.
Según precisa la nota de prensa, el Código de Derecho Canónico establece que un obispo debe presentar la renuncia a su cargo "si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo".
En tanto, "queda vacante una sede episcopal por fallecimiento del obispo, renuncia aceptada por el Romano Pontífice, traslado y privación intimada al obispo".
En este caso, la diócesis de Iquique "queda vacante desde el momento de la publicación de la aceptación" de la renuncia, y el arzobispo Lizama la toma a su cargo, pero sin dejar la arquidiócesis de Antofagasta.
El obispo Órdenes dio ayer una conferencia de prensa en la que afirmó sentirse "tranquilo y en paz" ante las acusaciones que lo afectan.
Durante el fin de semana, en una entrevista con un diario, el religioso admitió haber cometido "un acto imprudente" con el denunciante Rodrigo Pino, "de lo que me arrepiento y de lo que pedí perdón en su momento. (...) Fue una situación puntual. Pero yo sí mantuve con él un vínculo de afecto, cuidado, de poder ayudarlo en muchas situaciones personales difíciles", indicó.
