Centenar de españoles ya han caído en el conocido "cuento del tío".
Chilenos llaman y dicen que tienen a su hijo secuestrado, pidiendo dinero para su liberación.
Policía española calcula que los autores efectúan más de un centenar de llamadas al día.
Fiscales de España y Chile se reunieron este lunes en Madrid para tratar de mejorar los canales de información y poder detectar las actividades ilícitas realizadas por ciudadanos chilenos en territorio español y las extorsiones telefónicas que se cometen desde Chile.
Según informó la Fiscalía General de España, a la reunión asistieron fiscales de Cooperación Internacional de España y de Chile, responsables de la Policía y la Guardia Civil españolas, así como representantes del Consulado del país andino en España.
A través del intercambio de información, las autoridades de ambos países pretenden detectar la presencia de chilenos imputados por delitos cometidos contra españoles y poder adoptar medidas para evitar la comisión de delitos tanto en Chile como en España.
La reunión se realizó a petición de la Fiscalía chilena, interesada además en detectar los delitos de blanqueo de capitales obtenidos mediante extorsiones realizadas a través de los secuestros telefónicos, según la fuente.
Práctica común en Latinoamérica
Los secuestros telefónicos, son una práctica delictiva que se da en Latinoamérica y ahora está llegando a España, donde se ha constado unos 200 casos.
Los delincuentes llaman a un número de teléfono de manera aleatoria, avisan al interlocutor que tienen secuestrado a un hijo suyo y amenazan con matarlo si no pagan un rescate, práctica popularizada en Chile como el "Cuento del tío".
El falso secuestrador se aprovecha del miedo de las víctimas y les impide colgar el teléfono, para que así no puedan intentar comprobar que su hijo está localizado, mientras les apremia para que efectúen una transferencia con el dinero que le exigen, que varía en función del caso.
La Policía española calcula que los autores de estas extorsiones efectúan, de media, más de un centenar de llamadas al día, de forma aleatoria, aunque la mayoría son negativas, ya que la persona con la que se ponen en contacto no tiene hijos o porque el interlocutor se lo toma a broma y cuelga.
