Genaro Arriagada: El triunfo del "No" significó recuperar la dignidad

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

El secretario ejecutivo del comando opositor recordó cómo se gestó la campaña y se vivió el 5 de octubre del '88.

"Fue un proceso que duró años", explicó en Cooperativa.

Genaro Arriagada: El triunfo del

Consultado por el debate sobre si "la alegría" llegó o no, el ex ministro dijo que no se le puede pedir a la política "lo que no logramos en las vidas personales".

Llévatelo:

El secretario ejecutivo del comando del "No" para el plebiscito del 5 de octubre de 1988, Genaro Arriagada (DC), recordó este viernes en Cooperativa cómo se gestó políticamente la convergencia opositora y la posterior campaña que terminó con la derrota de Augusto Pinochet en las urnas.

"Éste es un proceso de convergencia, un proceso político que dura muchos años y que parte en el reencuentro, fundamentalmente, entre los socialistas y los democratacristianos, que habían sido enemigos irreconciliables en el periodo final de Eduardo Frei Montalva y (el periodo) de Allende, y que de repente empiezan a caminar juntos" en "la defensa de los derechos humanos" y "en salvar medios de comunicación", explicó Arriagada.

Según el ex ministro, dicho proceso comenzó a gestarse para el plebiscito de 1980 y permitió años más tarde, "a comienzos del '88, crear el comando del 'No'".

Tras el golpe militar, y en el exilio, "el Partido Socialista hace una renovación que es uno de los hechos más notables y beneficiosos para este país": sus dirigentes conocen los "socialismos reales" y "se hacen muy socialdemócratas", cambio "que encabezan incluso quienes habían sido los jefes de la vía armada", como Carlos Altamirano y Ricardo Núñez, indicó el político DC.

En paralelo a esto, "yo creo que en el año 88 el país tenía una conciencia de que Pinochet era lo suficientemente fuerte como para mantenerse en el poder. Hay que pensar que en el plebiscito del 88 obtiene el 43 por ciento de los votos y tenía el total respaldo de la clase empresarial chilena y el Ejército entero unido detrás de él".

Sin embargo, "Pinochet no tenía fuerza para aplastar a la oposición", que, por su lado, "no podía sacar a Pinochet".

"Teníamos el 57 por ciento de los votos, (...) el control de los organismos estudiantiles, sindicales, pero no nos daba para botar a Pinochet", y en tal escenario surge el "mecanismo para solucionar el impasse, para que el país no se siguiera desangrando en una guerrilla interminable", la propuesta del plebiscito.

Hacia el 5 de octubre

Arriagada recordó que para acceder a este mecanismo, desde la oposición "primero que nada pedimos la reconstrucción de los registros electorales" como garantía, y nos dijeron: ¿Pero ustedes están dementes?".

En la Concertación pensaban: "Si nos inscribimos siete millones y medio de personas, nosotros ganamos esto".

Según recuerda el ex ministro, "fue un proceso enorme llevar en menos de un año a ocho millones de personas a inscribirse, vencer el escepticismo, pero para eso había que hacer muchas cosas más: tener una campaña, movilizar a la gente, crear comandos comunales en todas las comunas de Chile, crear un sistema de conteo paralelo, que significó tener escrutinios mesa por mesa, tener el respaldo de instituciones como la Radio Cooperativa, la Radio Chilena, que eran los únicos medios, porque no teníamos acceso a un minuto en la televisión, salvo la franja, que fue un gran acierto, sin duda".

Más allá de la importancia que tuvo franja televisiva, "no podemos reducir la campaña a 28 días; ya que hubo un proceso que duró años y la campaña duró unos ocho meses", subrayó Arriagada.

Antes de que se creara el comando del "No" la oposición manejaba "un conjunto grande de estudios de opinión que mostraban algo muy interesante", indicó Arriagada. Le preguntaban a la gente: 'Usted está de acuerdo con el gobierno de Pinochet?' y 80 por ciento respondía 'No'".

Sin embargo, ante la pregunta "¿Quién cree que va a ganar el plebiscito?", el 80 por ciento pensaba que Pinochet.

En conclusión, "el problema nuestro no era la convicción racional de la gente -porque la gente creía que era un mal gobierno por la represión, por la situación de deterioro de los servicios de vivienda, de salud- sino cómo este país recuperaba un sentido de dignidad en el que decía: 'Yo soy dueño de mi propio destino', y ése fue el sentido de la campaña del 'No'".

El día decisivo

El secretario del comando del "No" insistió en la desconfianza que había hacia la dictadura, pese a que desde la campaña opositora no pudieran manifestarla públicamente: "No podíamos predicar que esto iba a ser un fraude, porque la gente nos iba a decir: 'Bueno, ¿para qué me llama a votar?'. Debíamos decir: 'Nosotros vamos a ganar'".

Ya el día mismo del plebiscito "pasó una cosa muy complicada. El momento de mayor tensión es que se empiezan a cerrar las mesas y es claro que hemos ganado, y a las ocho de la noche el gobierno da a conocer un resultado sobre el 0,4 por ciento de las mesas –nada- con una ventaja para Pinochet de 17 puntos".

"En ese momento Pinochet dice que se han descubierto personas con gorros pasamontañas... Uno dice, 'en consecuencia viene un atentado, pero ¿por qué lado? Por el lado del que lo anuncia...", reflexionaban.

Luego, "para empeorar las cosas, los carabineros se retiran del centro de Santiago y dejan la ciudad sin protección policial (...) Yo llamé al general a cargo de Santiago y me dio una explicación estúpida de por qué se retiraban".

En ese escenario "nosotros decidimos (...) adelantar nuestro cómputo y, con 180 mil votos, dijimos que el resultado era 58 para nosotros y 42 para el gobierno", recordó.

"La actitud nuestra fue muy responsable: decirle a la gente a través de Radio Cooperativa, de la Radio Chilena, la Radio Santiago que habíamos ganado –la televisión no recogió una sola de las intervenciones nuestras y transmitía monitos animados- que celebraran tranquilos en la casa. Nadie salga a las calles, ninguna provocación, y la gente lo hizo", indicó.

"La gente esa noche no salió de sus casas, pero al día siguiente había más de un millón de personas en las calles, y los carabineros y los militares que estaban cuidando los edificios públicos no podían creer cuando la gente pasaba con las guaguas en brazos", recordó el también ex embajador.

"Ganó Chile"

Visto con 25 años de distancia, Genaro Arriagada hoy es enfático en señalar que aquél 5 de octubre "ganó el país".

"El país que surgió después del 5 de octubre no tiene nada que ver con el país anterior. Se terminaron las restricciones a las libertades, se hizo un gigantesco esfuerzo por la verdad –hay que pensar en el Informe Rettig, el reconocimiento de los detenidos desaparecidos, el Informe Valech posteriormente, y se metió a la cárcel a los criminales. Ésta es la única transición que yo conozco en la cual todos los que fueron directores de la policía política y generales están procesados o presos", destacó el líder falangista.

"Además de eso, este país tuvo una casa de crecimiento durante los 20 años de los gobiernos de la Concertación que casi duplica la tasa de crecimiento del periodo de Pinochet. Este país, por ejemplo, no sólo logró compatibilizar la verdad, la justicia –con las limitaciones que toda transición tiene- sino que además pudo tener crecimiento económico y un cambio en su situación de vida que marcan todos los indicadores", enumeró.

Consultado por el repetido debate sobre si con la Concertación llegó la "alegría" que prometía la campaña del "No", Genaro Arriagada fue más duro.

"Seamos francos. No le pidamos a la política lo que no logramos tampoco en las vidas personales", dijo.

 

LEER ARTICULO COMPLETO

Suscríbete a nuestro newsletter