La operación se realiza un día después de que el MOP afirmara que la ciudad no podrá ser habitada en dos años, por los efectos de la continua erupción del volcán homónimo.
Frente a un desolador panorama, que desnuda la impotencia humana frente a las fuerzas de la naturaleza, comenzó este sábado la recuperación de los vehículos abandonados en la desierta ciudad de Chaitén, evacuada tras el inicio de la actividad volcánica del macizo local, el 2 de mayo pasado.
Casas enterradas hasta el techo, perros famélicos vagando por las calles y el desbordado Río Blanco corriendo por el centro de la destruida urbe son sólo algunas de las impactantes imágenes que ven los funcionarios responsables de la operación, quienes llegaron a la zona en la barcaza Alejandrina de la Naviera Austral, que posteriormente atracará en la comuna chilota de Quellón.
A esta embarcación se sumará el domingo una segunda barcaza (esta vez proveniente de Quellón, cuyo destino, tras pasar por Chaitén, será Puerto Montt), con el objetivo de rescatar unos 180 vehículos de aquí al martes, cuando llegue el primer grupo de desplazados a rescatar objetos personales.
"Esto se hace fundamentalmente con el objeto de poder tener despejado el puerto para cuando se produzcan, a partir del martes, las visitas de la gente que viene a ver y retirar pertenencias a Chaitén", explicó el alcalde José Miguel Fritis.
El inicio del rescate de los vehículos abandonados en Chaitén se da un día después de que el ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, afirmara que la ciudad no podrá ser habitada en al menos dos años, dato al que también se refirió el jefe edilicio.
"Cuando el ministro habla de tiempo, no es que los chaiteninos a partir de esta fecha, dos años más, van a poder empezar a volver. Creo que el regreso va a ser gradual, van a haber sectores que se van a poder echar a andar antes que otros", señaló.
Todo esto se produce en Chaitén mientras el macizo homónimo continúa emitiendo su perenne fumarola, que en los últimos días ha aportado con al menos 10 centímetros de ceniza a la sepultación del que, tras su evacuación, fuera calificado por el intendente Sergio Galilea como un "pueblo fantasma". (Cooperativa.cl)
