Las claves para entender el "delirio místico" del asesino de Lolol

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Autor: Cooperativa.cl

Para el sicólogo Alex Droppelmann, López Rodríguez sufría un cuadro de psicosis sumado a paranoia.

Según el especialista, todo se habría evitado si hubiera tenido gente cercana que lo ayudara.

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Tras el crimen ocurrido en la localidad de Lolol, la comunidad tiende a buscar explicaciones sobre qué puede haber pasado por la cabeza del anticuario Óscar López Rodríguez, abatido por Carabineros tras decapitar a una clienta en la zona céntrica de la citada ciudad de la región de O'Higgins.

El psiImagencólogo clínico Alex Droppelmann, en conversación con Cooperativa, intentó despejar las dudas y acercarse a las causas de la mentalidad trastornada de López Rodríguez, estableciendo "conjeturas diagnósticas" a partir de los datos que han entregado sus vecinos y las investigaciones periodísticas.

El especialista aseguró que el abatido homicida probablemente sufría de un "cuadro de psicosis", tomando en cuenta las alucinaciones auditivas internas que acusaba.

"Probablemente esto lo estaba viviendo hace un tiempo no muy corto, y probablemente en ese tiempo desarrolló este delirio místico, este delirio donde personas le hablaban y le encomendaban una cierta misión y él se encargó de ejecutarla, eliminando a ciertas personas que probablemente encarnaban una amenaza a la misión que a él le habían encomendado", apuntó.

"La tarea que tenía que hacer"A su juicio, López Rodríguez sufría un cuadro de psicosis con el agregado de la paranoia, tomando en cuenta la "trama" o "narrativa" de los hechos.

"Los psicóticos que están paranoicos conservan las capacidades lógicas, de razonar, de formar frases, de hilar un discurso, y yo creo que él tenía un discurso, absolutamente loco, psicótico, pero lo tenía, y dentro de ese discurso probablemente, cuando él se encuentra con estas personas que mata, él en algún punto alucina que son personas que lo amenazan en esta misión redentora que él tiene, que se la ha encomendado además Dios, por lo que de alguna manera, está habilitado por un ser superior para llevar a cabo esta acción", detalló Droppelmann.

Es por esta razón que el comerciante finalmente exhibe la cabeza decapitada de su víctima, dando cuenta que logró su objetivo, que hizo "la tarea que tenía que hacer", según las conjeturas diagnósticas del especialista.

"Si él viviese con otra gente, si él tuviese gente cercana, parientes, amigos, alguien que lo visitara o estuviera permanentemente con él, probablemente hubiesen advertido algunas trazas de ese delirio y hubiesen buscado alguna ayuda", afirmó. Algo que lamentablemente para sus víctimas, nunca ocurrió antes de la tragedia.

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