Médicos reiteraron el riesgo del virus sincicial

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Autor: Cooperativa.cl

El Hospital "Josefina Martínez" realiza un programa piloto en la Región Metropolitana para prevenir la enfermedad, que afecta a tres de cada cuatro personas.

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Por Andrea Obaid C.

aobaid@cooperativa.cl

 

Según un estudio de la Universidad Católica, el virus respiratorio sincicial (VRS) es el que ataca con mayor fuerza a la población chilena, afectando al 75 por ciento de ésta, y que cada año afecta seriamente a unos 5.000 niños, siendo sólo comparable con la influenza en términos de casos.

 

El principal problema que conlleva esta enfermedad es la elevada cifra de hospitalizaciones, especialmente niños con alto factor de riesgo -como lactantes y enfermos de displasia pulmonar y cardiopatías-; con el consiguiente ausentismo laboral de sus padres.

 

Alejandra Zamorano, médico pediatra del Hospital Sótero del Río, señaló a Cooperativa.cl que "el contagio del virus sincicial es directo a través de las manos y objetos contaminados por éstas. El virus es de alto contagio y puede sobrevivir en el ambiente por espacio de varias horas, y en las manos cerca de media hora".

 

Así, provoca inflamación tanto en el tracto respiratorio superior -nariz, faringe y laringe- como en el inferior -tráquea, bronquios y pulmones-.

 

Al principio puede confundirse con un resfrío común, pero en niños pequeños, menores de dos años, puede derivar en graves problemas broncopulmonares que incluyen cuadros obstructivos.

 

"La principal fuente de contagio para el grupo de mayor riesgo son las salas cunas y jardines infantiles, aunque la diseminación también ocurre a través de los adultos. Se transmiten hasta un metro de distancia a través de la saliva, al estornudar, toser, llorar o reír", afirmó la especialista.

 

Además, los menores de tres meses presentan síntomas como rechazo al alimento o a la lactancia, tos, decaimiento y vómitos.

 

De acuerdo a los especialistas, los lactantes prematuros corren mayor riesgo, ya que la madre no alcanza a transmitirle todos los anticuerpos esenciales para el desarrollo normal del sistema inmune del bebé.

 

Las condiciones favorables para la proliferación del virus aumentan con la contaminación interna de los hogares. Esto se produce a través de ambientes calefaccionados en exceso, con poca ventilación y alta humedad y con humo proveniente de cigarros, leña o parafina.

 

Los cuadros más severos requieren de hospitalización en unidades de cuidados intensivos, considerando períodos de internación hasta de un mes.

 

En la actualidad, no existen vacunas para prevenir la enfermedad por VRS.

 

Sin embargo, existe un anticuerpo llamado palivizumab, desarrollado a través de biotecnología, que actúa en el organismo neutralizando e inhibiendo el VRS, para disminuir el riesgo de enfermedad grave y hospitalización.

 

La experiencia piloto

 

Actualmente, el Hospital "Josefina Martínez" realiza un programa piloto en el sector suroriente de la Región Metropolitana que consiste en prevenir la enfermedad y evitar las hospitalizaciones.

 

"Por ahora está haciendo el proyecto con 40 niños a los cuales se les inyecta palivizumab en sus domicilios. Se está analizando el efecto de este anticuerpo que tiene una duración de un mes", señaló Zamorano.

 

"La idea es extender el próximo año este programa a toda la Región Metropolitana y la Región de Valparaíso", agregó.

 

Datos para la prevención del VRS

 

Existe una serie de medidas de prevención del contagio con VRS, que promueve el Ministerio de Salud, y son las siguientes:

 

No fumar dentro de la casa ni permitir que otras personas lo hagan.

Encender y apagar estufas y braseros fuera de la casa.

Asegurarse de limpiar el cañón y revisar el tiraje de las estufas o cocinas a leña.

Ventilar la casa al menos una vez al día, evitando corrientes de aire.

Evitar el frío y humedad dentro de la casa, tapando rendijas, forrando muros y ventanas en caso de ser necesario.

Si hay que secar ropa, hacerlo en una habitación diferente a la de los niños.

No poner tiestos ni teteras con agua en estufas, ya que con esto sólo se consigue humedecer más el ambiente.

Controlar los cambios bruscos de temperatura, abrigando a los niños cuando salen al frío pero desabrigarlos un poco cuando estén en ambientes cerrados y calefaccionados.

Evitar las visitas de niños a enfermos, a lugares muy concurridos o el contacto entre niños y personas resfriadas. (Cooperativa.cl)

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