El presidente de Fenamet, Miguel Matus, dijo que la afectación total del sistema llegó al 70 por ciento.
El Directorio de Transporte Público Metropolitano informó de un bus secuestrado y un conductor agredido.
Intendencia Metropolitana anunció que se reunirán este martes con los dirigentes, algo que desmintió Fenamet.
La Federación Nacional de Trabajadores del Transporte (Fenamet) realizó un balance de la paralización de los servicios en la zona sur de Santiago por el Superclásico de Colo Colo y Universidad de Chile este domingo en el Estadio Nacional, asegurando que hubo una adhesión del 100 por ciento en las cuatro empresas que se movilizaron.
En cuanto a la afectación total del sistema, indicaron que éste llegó al 70 por ciento.
El presidente de Fenamet, Miguel Matus, sostuvo que "la jornada del paro para nosotros se cumplió con los objetivos que teníamos los sindicatos que llamamos a esta movilización. Un 100 por ciento de adhesión de nuestros asociados pero, más que eso, esperar que la autoridad entienda que tenemos que conversar en serio y sentarnos a ver las soluciones de largo plazo para este problema".
Desde la Intendencia Metropolitana anunciaron que se reunirán este martes con los dirigentes del transporte para encontrar soluciones a largo plazo, pero Matus indicó que "no hemos recibido ninguna llamada, ninguna respuesta y me preocupa escuchar al intendente (Claudio Orrego) que mañana se reúne con las organizaciones, siendo que esos días no nos llaman para ninguna reunión. No sé con quién se va a reunir".
Un bus "secuestrado" y un conductor agredido
El Directorio de Transporte Público Metropolitano también realizó un balance, señalando que durante la jornada de este domingo reportaron el "secuestro" de un bus del sistema y un conductor agredido.
Destacaron que estas cifras son inferiores a respecto del último Superclásico, el que registró un total de 21 conductores agredidos y dos buses secuestrados.
Además, señalaron -en contraste con Fenamet- que el sistema presentó una disminución promedio en su operación cercana al 50 por ciento de sus servicios de un domingo normal, lo que activó un plan de contingencia que permitió inyectar buses en aquellos sectores de mayor complejidad operacional.
