El hallazgo es la tumba de una mujer chamán del período Neolítico.
Se cree que es uno de los entierros más primitivos de la región.
Arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrieron en el norte de Israel la tumba de una mujer chamán, que incluye los caparazones de 50 tortugas, la pelvis de un leopardo y un pie humano de 12.000 años de antigüedad.
Según un comunicado difundido este martes por la universidad, el hallazgo corresponde al período Neolítico y se cree que es uno de los más primitivos que se conocen del entierro de un chamán en toda la región.
Leore Grosman, del Instituto de Arqueología del centro académico y que dirige la excavación en Hilazon Tachtit, en la Galilea occidental, cree que los preparativos y el ritual empleados para el entierro, así como el método para sellar la tumba, sugieren que la sepultada tenía un papel destacado en la comunidad.
Las excavaciones se llevaron a cabo en una pequeña cueva donde han sido desenterrados los cuerpos de al menos 28 individuos de distintas edades del período Neolítico.
 |
| Las excavaciones se llevaron a cabo en una pequeña cueva en Galilea Occidental. |
La tumba contenía restos de varios animales, extrañamente encontrados en tumbas del período Neolítico, como cincuenta caparazones completos de tortugas, la pelvis de un leopardo, la punta del ala de un águila dorada, la cola de una vaca, los esqueletos de dos hurones, y el antebrazo de un jabalí salvaje, que apareció alineado con el húmero izquierdo de la mujer.
Asimismo, fue descubierto un pie humano de un individuo considerablemente más alto que la sepultada, que era de pequeña estatura y tenía 45 años en el momento de fallecer, según análisis de sus huesos.
La chamán también tenía una apariencia asimétrica debido a una incapacidad vertebral que podría haber afectado su modo de caminar, lo que pudo causarle cojera.
Grosman considera que el entierro corresponde a lo que los expertos asocian con las tumbas de chamanes, pues generalmente esas tumbas reflejan el papel que desempeñaba el individuo, y suelen aparecer junto a los animales y otros objetos con los que se relacionaron en vida.
El método de entierro también es peculiar, ya que la mujer estaba acostada de lado, con su columna, pelvis y fémur derecho contra la pared curva de la tumba, que es de forma ovalada y sus piernas aparecieron separadas y dobladas hacia dentro a la altura de las rodillas.
El arqueólogo menciona que sobre la cabeza, la pelvis y los brazos de la mujer fueron colocadas diez piedras en el momento de su sepultura, y que tras la descomposición del cuerpo, su peso provocó la desarticulación de algunas partes del esqueleto, como la separación de la pelvis de la columna vertebral.
Se cree que una de las razones de esta práctica fue evitar que la fallecida fuera comida por animales, o porque la comunidad trató de proteger su espíritu dentro del ataúd..
El período Neolítico se desarrolló en la región del Creciente Fértil entre 15.000 y 11.500 años, y el arqueólogo explica que el descubrimiento podrá dar cuenta de los cambios ideológicos que se produjeron durante este período de transición a la agricultura.
