El humano habitó Altamira cuatro mil años antes de lo estimado

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Autor: Cooperativa.cl

El hallazgo da un nuevo sentido a las pinturas más antiguas del lugar.

Pruebas de Carbono 14 indican que el estrato más profundo del yacimiento tiene 21.910 años.

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Los cazadores del Paleolítico habitaron la cueva de Altamira, ubicada en la región española de Cantabria, hace 22.000 años, cuatro mil antes de lo que se creía, un descubrimiento que da un nuevo sentido a sus pinturas más antiguas, los conocidos bisontes polícromos.

Así lo reveló un trabajo de los investigadores del propio Museo español de Altamira sobre las excavaciones que se hicieron en la cueva a principios del siglo XX y cuyas conclusiones se recogen en un artículo aún sin publicar: "La cueva de Altamira: nuevos datos sobre su yacimiento arqueológico (sedimentología y cronología)".

Hasta ese momento, se sabía que el hombre había vivido en Altamira entre hace 18.000 años (la fecha obtenida en las pinturas más antiguas en las que se empleó un colorante orgánico, carbón) y 13.000 años.

En esa fecha la entrada se derrumbó y dejó sellada la cueva, sepultando bajo toneladas de roca el vestíbulo donde sus moradores realizaban gran parte de las tareas cotidianas, como cocinar, comer o tallar sus herramientas de sílex.

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En la imagen las pinturas en la cueva de Altamira.

Los bisontes polícromos que han hecho mundialmente famosa a Altamira como la cumbre del arte paleolítico se pintaron casi al final de esa secuencia, hace unos 14.000 años, en el Magdaleniense.

Sin embargo, en la cueva hay figuras rojas, manos y caballos que tradicionalmente se asociaban al período más antiguo fechado en Altamira, el Solutrense (hace 18.000 años), pero que estilísticamente se parecían más a otras del periodo Gravetiense (de hace 27.000 a 21.000 años) presentes en otras grutas de Cantabria.

Las nuevas pruebas de Carbono 14 indican que el estrato más profundo del yacimiento de Altamira tiene 21.910 años de antigüedad.

Estos datos permiten entender mejor Altamira y poner en el contexto adecuado sus distintas pinturas, uno de los escasos yacimientos gravetienses que existen en la cornisa Cantábrica.

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