El virus se detectó por primera vez en 1974.
El mundial de Brasil o una competencia de remo habría traído a viajeros portadores.
Los mosquitos aegypti y albopictus portan la enfermedad.
Suspensión de viajes, cambios en los itinerarios de las agencias, prohibición de viajar para las embarazadas y las advertencias por parte de las autoridades sanitarias, son algunas de las medidas que se expanden en Latinoamérica tras la llegada del virus Zika.
Y si bien las autoridades del continente ya han realizado diversos avisos sobre la emergencia sanitaria, se tiene poco conocimiento sobre la llegada y proliferación de este mosquito encargado de transmitir la enfermedad.
"Existen dos teorías", sostuvo a Una Nueva Mañana Pablo González, bioquímico, doctor en genética molecular y microbiología y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica.
Todo comenzó en 1974 cuando un equipo de científicos, que estudiaba la fiebre amarilla en un bosque de Uganda llamado Zika, describió que un mono presentaba síntomas febriles.
"Ahí empieza el conocimiento de esto, con archivos y estudios", señala González y agregó que en países del continente africano y asiático se tuvieron antecedentes de personas contagiadas con el virus, sobre todo en sectores polinésicos.
Las teorías de su propagación
Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando el virus comienza a manifestarse en el mundo occidental. En Brasil se registraron casos de bebés que nacían con problemas de hidrocefalia.
Rápidamente se vinculó el caso con el contagio del virus Zika, que hasta el momento no tiene cura ni un tratamiento efectivo.
Según el doctor, se cree que a raíz del mundial de Brasil habrían llegado personas portadoras del Zika.
Otras de las teorías sostiene que el virus se propagó tras un certamen de remo que trajo a Brasil a habitantes de las islas polinésicas.
Pero las condiciones climáticas, según el experto, también ayudaron en la expansión y aumento del mosquito. Condiciones que asegura "en nuestro país" impiden la gestación y mantención de la especie. "Por eso en Chile no llegará, pero sí llegará alguien infectado", sostuvo.
En tanto, Gonzalez explicó que estudios señalan que "algunas mutaciones del virus" puede que "lo hagan más peligroso".
El problema, indicó, es que "uno de cada cinco personas presenta los síntomas". "Y eso es un dato importante de mencionarlo", recalcó, producto que actualmente no existen vacunas ni tratamientos contra la enfermedad.
