Según el estudio, la genética es la que determina si una persona responderá a los programas médicos para abandonar el hábito.
La fuerza de voluntad no sirve por sí sola a la hora de dejar de fumar, ya que según un estudio, son los genes los que determinan si una persona responderá a los programas para abandonar el hábito y si es más propensa a fumar.
Se trata de un descubrimiento "sin precedentes", según señaló el equipo del National Institute on Drug Abbuse, en EE.UU, que espera que el estudio permita solucionar la dependencia a estas sustancias.
Los expertos describieron por primera vez una secuencia genética, formada por un centenar de genes, que permite predecir cómo responderá un fumador ante diferentes tipos de tratamiento antitabaco, sobretodo en aquellos en los que se trata de suplantar la necesidad de nicotina como pastillas, parches o chicles.
Del mismo modo, también se puede conocer si responderá de modo positivo al Bupropion, un fármaco antidepresivo que se utiliza habitualmente para estos casos y que trabaja para contener las ansias.
Según la información publicada por la revista Time, los científicos estudiaron 520.000 genes individuales tomados de muestras de sangre de fumadores y no fumadores, de los que determinaron que existe un perfil de genes que están implicados en las probabilidades de que una persona rompa con su hábito a la nicotina.
Algunos genes influyen en la comunicación con la célula básica; otros cifran las enzimas que se estropean en el cuerpo dependiendo del método antinicotina que utilicen. Es decir, cada uno de esos genes, tiene una misma función, ayudar a dejar el tabaco, aunque cada uno de manera distinta.
De este modo, la gente con genes que de manera más eficiente cifran las enzimas responden mejor a los fármacos.
Mientras, las personas con las variantes genéticas que mejoran la comunicación de célula tiene una mayor facilidad para dejar el vicio. (Agencias)
