Consumo de tabaco aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis

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Autor: Cooperativa.cl

Se comprobó que en personas fumadoras se reduce en ocho por ciento la masa ósea, siendo más evidente a nivel del cuello femoral, aumentando el riesgo de fracturas de cadera.

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El tabaco si bien se asocia comúnmente a enfermedades respiratorias y cardíacas, también trae complicaciones a los huesos, pues facilita la disminución de la masa ósea, aumentando significativamente el riesgo de osteoporosis, especialmente en las mujeres con menopausia.

 

Según el doctor Iván Radovic, médico traumatólogo y jefe del Equipo de Cadera del Instituto Traumatológico, "a nivel esquelético, el cigarrillo puede producir una disminución de la masa ósea, incrementando el riesgo de fractura y entorpeciendo el proceso biológico de cicatrización de heridas y consolidación de fracturas".

 

"Además, esta acción se ve aumentada con el tiempo de exposición al tabaco y con la cantidad de tabaco consumido durante el día", agregó.

 

En personas fumadoras, la densitometría ósea -examen que sirve para cuantificar la masa ósea y diagnosticar osteoporosis- muestra reducciones de 8 por ciento respecto a la población no fumadora en adultos mayores, siendo esto más evidente a nivel del cuello femoral, aumentando el riesgo de fracturas de cadera.

 

Aumento de fracturas

 

Las manifestaciones clínicas de la osteoporosis se hacen evidentes al producirse fracturas en distintas partes del cuerpo, generalmente en personas después de los 50 ó 60 años de vida.

 

Según Radovic, "los radicales libres que se liberan en el organismo cuando se fuma, actúan negativamente en el metabolismo del hueso, favoreciendo los procesos reabsortivos desbalanceando el proceso normal de formación-reabsorción de hueso".

 

Además, durante el embarazo y la lactancia, el tabaco se ha visto asociado a un retardo del crecimiento del feto y/o del lactante.

 

Durante la pubertad, el hecho de fumar afecta el crecimiento normal del hueso y además en esta población particular se asocia el consumo del tabaco con poca actividad física o sedentarismo y bajo consumo de productos derivados de la leche.

 

Todo lo anterior producirá un balance negativo del metabolismo del calcio y con la consiguiente reducción de la masa ósea peak, que normalmente se logra antes de los 25 años de edad.

 

A nivel hormonal se ha visto que el tabaco produce, tanto en hombres como mujeres, disminución de los niveles circulantes de estrógenos, hormonas fundamentales para tener un metabolismo óseo saludable

 

Por su parte, las mujeres que son fumadoras, comienzan la etapa de la menopausia mucho más temprano que sus pares y la pérdida de hueso es mucho mayor en la primera etapa de ésta.

 

Si una persona llegase a suspender el hábito, se calcula que después de 10 años de dejarlo podría disminuir los efectos negativos sobre los huesos, en comparación con la parte de la población que se considera no fumadora. (Cooperativa.cl)

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