Los bombillos con tecnología LED consumen el 10 por ciento que uno incandescente.
El problema es que su precio inicial será alto.
La tecnología LED se desarrolló en los años 60, pero con funciones muy específicas y limitadas. El uso clásico era como luz para los controles remoto. Sin embargo, en los últimos años este diodo emisor de luz ha llegado a nuevas aplicaciones y rubros.
El LED es un dispositivo semiconductor que emite luz cuando se polariza. Simplificando, su funcionamiento consiste en que un electrón del material que lo compone se desprende y se manifiesta en forma de fotón, que es la partícula mínima de energía luminosa.
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| Su vida media puede llegar a las 50 mil horas. |
Este año arribaron a nuestro país los primeros monitores con dicho sistema de iluminación. Sus principales bondades son su alto contraste, ausencia de materiales tóxicos y consumen hasta un 45 por ciento menos que un LCD, según dijo Rodrigo Choi, de Samsung, en esa ocasión.
En los últimos años, los LED se han tornado muy eficientes a la hora de convertir corriente eléctrica en luz. Es por ello que se empieza a utilizar masivamente para alumbrar y promete "jubilar" a las ampolletas tradicionales.
"Un foco incandescente consume 50 watts y uno de ahorro de energía puede ofrecer lo mismo por 11 ó 12 watts. Con el LED vamos a poder llegar a cuatro a cinco watts y la iluminación es la misma", explicó Luis Felipe Carrillo, gerente de GE Consumer & Industrial Chile, Perú y Bolivia, a Cooperativa.cl.
Frío y usos
Los LED poco a poco han ganado espacios en aplicaciones dirigidas, como las que iluminan en un haz concentrado. El gran secreto de estos diodos es que producen muy poco calor, por lo que se desperdicia muy poca energía y permite una máxima eficiencia.
Su frialdad le ha permitido encontrar "trabajo". "En las máquinas de frío en los supermercados se produce un contrasentido: tratan de enfriar y los fluorescentes calientan, por lo que el compresor tiene que trabajar más. El LED es ideal porque opera en frío", contó Carrillo.
El ejecutivo explicó que "actualmente, tiene dos usos principales en la industria: en semáforos y en señales luminosas, pues los carteles de neón consumen unas 10 veces más que un LED equivalente y tienen una vida útil menor".
Larga vida al LED
Aparte de su eficiencia, Carrillo destacó que "la duración se extiende muchísimo, ya que no tiene gases ni vibraciones. Una ampolleta clásica tiene una vida media de 1.000 horas, las de ahorro de energía pueden durar de 3.000 a 12 mil horas. Los LED pueden durar hasta 50.000".
Hasta el momento, esta tecnología parecer tener sólo aspectos positivos. Su gran problema se relaciona con el bolsillo del consumidor. Las ampolletas de consumo masivo llegarán en las próximas semanas a algunas tiendas, con un precio estimado de 20 mil pesos por unidad.
Los primeros modelos serán básicos, pero durante el próximo año aumentará la oferta y el valor debería bajar, permitiendo la masificación paulatina de este nuevo actor en el mundo de los bombillos.
"Estamos seguros que el LED seguirá desarrollando nuevas capacidades y aplicaciones. Apostamos muy fuerte a que esta tecnología será el futuro. Además, también se viene el LED orgánico (Oled), cuyos usos son muy limitados y caros", finalizó el ejecutivo.
