Algunas estrategias para combatir el estrés en el trabajo

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Autor: Cooperativa.cl

La relajación dentro de la jornada laboral contribuye a la productividad.

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Calificado como una epidemia por la Organización Mundial de la Salud, el estrés tiene consecuencias a nivel fisiológico, motor y cognitivo por lo que afecta todos los ámbitos de la vida del individuo.

En el trabajo, es fácil no darse cuenta cómo se incrementan los niveles de tensión a causa de presiones internas y  externas  al trabajador, hasta que este ya está agotado y su desempeño se ve drásticamente afectado.  

Según el sitio HelpGuide.Org, algunas señales para reconocer el estrés laboral son  por ejemplo, sentir que las presiones del trabajo sobrepasan con creces la capacidad para manejarlas, considerar excesivos los retos que se presentan durante la jornada o una vez que las tareas se han terminado, sentirse exhausto o frustrado en vez de satisfecho.

De acuerdo al sitio de emprendimiento Entrepreneur.com, incluir un momento de relajación dentro de la jornada laboral ayuda a reenfocarse, desempeñar mejor las labores y poner en perspectiva las presiones del trabajo. Hacer pequeños cambios como tomar breves descansos, estirar los músculos o cerrar los ojos por algunos minutos, permite clarificar la mente enfrentar mejor el resto del día.

Además, es importante dedicar 15 minutos diarios a reflexionar y bajar las revoluciones para reconocer los éxitos de la jornada, los puntos a mejorar y la estrategia para hacerlo a futuro.

Por otra parte, es importante considerar los factores internos que gatillan parte de esta tensión y decidirse a combatirlos. De acuerdo al sitio Associated Content, resistirse al perfeccionismo es un modo de disminuir los niveles de estrés, ya que ningún trabajo, ni ningún proyecto jamás lograrán ser perfectos y fijarse metas irreales sólo contribuye a  tener frustraciones constantes. Un modo más sano de enfrentar las tareas diarias es procurar hacerlas lo mejor posible y entregarlas a tiempo.

Planificar es otro modo de reducir el estrés. Si llegar atrasado es una constante, lo mejor es acostarse más temprano, poner el reloj unos minutos antes y, de ser necesario, contar con dos despertadores y la alarma del celular para levantarse a tiempo. Dejar preparadas en la noche las cosas para el día siguiente y saber dónde están, ayuda a ahorrar tiempo y sentirse menos sobrepasado por el apuro diario.

Por último, es importante aprender a negarse a emprender tareas que pueden no ser tan importantes y que recargarán el día de más labores pendientes. Ser honesto al respecto no significa ganarse el odio de la oficina, sino tomar control del propio tiempo y ser realista con respecto a las propias capacidades.

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