The Hives presumió de ser el segundo triunfo chileno del miércoles

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Autor: Cooperativa.cl

Terminado el encuentro Chile-Colombia, los suecos saltaron al escenario y felicitaron al público.

Muy energéticos, entregaron un acelerado show dedicado a sus éxitos y su último disco.

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"Hoy han ganado dos veces. Una en el soccer, la otra, en el rock and roll, con The Hives". Así, sin asomo de modestia y en español claro, pero básico, la banda sueca The Hives se presentó la noche del miércoles en el Teatro Caupolicán.

Si había un buen día para adular al público chileno ese era el miércoles. El triunfo por 4-0 sobre Colombia en las clasificatorias a Sudáfrica 2010 prendió los ánimos de los asistentes, que vieron los últimos minutos del encuentro que se disputaba en el Estadio Nacional en las pantallas planas que adornan los pasillos del impecable y céntrico recinto.

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"Y ahora que griten las señoritas". Una de las frases de la noche. (Foto: UPI)
Con la sonrisa en el rostro, cerca de 2.700 personas asistieron al espectáculo de la banda formada por el cantante Howlin' Pelle Almqvist (de nombre verdadero Pelle Almqvist), los guitarristas Nicholaus Arson (Niklas Almqvist) y Vigilante Carlstroem (Mikael Karlsson Åström), el bajista Dr. Matt Destruction (Mattias Bernvall) y el baterista Chris Dangerous (Christian Grahn).

 Y el buen ánimo fue mantenido por la "mítica banda" -este es el mito: el autor de las canciones sería un tal Randy Fitzsimmons, a quien se le ocurrió la idea de formar el grupo y envió una carta a cada uno de los integrantes para que se reunieran en un lugar secreto en la década de los noventa-, que no dejó pasar una oportunidad para lucir su conocido afán de autoglorificación en tono simpático.

Apenas comenzado el recital y con la lección de español bien sabida, Pelle Almqvist no dudó "congratular" al pueblo chileno e invitarlo a vanagloriarse del doble triunfo en el fútbol y "en el rock and roll, con The Hives".

¿Soberbia? Seguro. Esa actitud es la marca de fábrica de los suecos, que se pasean sobre el escenario mirando de arriba abajo al público, guiñando el ojo para las cámaras y regalando besos a los asistentes como si fueran miembros de la realeza.

 

90 minutos de rock

Su puesta en escena partió con el tema "A stroll through hive manor corridors" -música incidental, a escenario vacío-, el único momento de calma en la hora y media de concierto. Luego sólo cabe preguntarse cómo lo hacen para tener tanta energía: tocan una música acelerada, gritan y corren de un lado a otro sin desfallecer, especialmente Pelle y Nicholaus.

Durante 90 minutos, están con los ojos abiertos hasta el desorbite: "Main offender", "Die, allrigth!", "Hate to say I told you so", "Walk idiot walk", "Tick Tick Tick Boom", algunos de los puntos más altos de la noche. Todas canciones que parecen pasadas por algún acelerador de partículas.

De muestra, un botón: así se vivió en el sector cancha su primer éxito, del disco "Veni Vidi Vicious":

 

POV: Así se movió el público con "Hate to say I told you so"

 

A.k.a. I-D-I-O-T

"Esta canción es sobre mí", dijo sobre "A.k.a. I-D-I-O-T" en su español Pelle Almqvist, quien se dedicó toda la noche a saludar al público y jugar a controlar a su antojo al "respetable", pidiendo aplausos y gritos que efectivamente paraba con un "stop".

La obediencia de los asistentes fue pagada con melosas dedicatorias -"Te amo Chile", "The Hives volverá", "venimos de un pueblo pequeño, Santiago es una gran ciudad"- que en una jornada alegre como la del miércoles, fueron recibidas entre aplausos y vítores.

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Arson -el de los ojos abiertos- en acción. (Foto: UPI)
El guitarrista Arson es el otro baluarte del equipo -en Suecia se dice que él es en realidad el mítico sexto miembro, Randy Fitzsimmons-: Se paseó por todos lados -a diferencia de Vigilante y Dr. Matt, ambos muy pegados a sus amplificadores Hiwatt-, escupió más que futbolista y regaló sus uñetas cada vez que terminó una canción. Y cuando le tocó tomar el protagonismo, no dudó en remarcarlo, apuntándose a sí mismo y sonriendo a las cámaras.

Mas en segundo plano, al igual que Dr. Matt y Vigilante, el baterista Dangerous se lució con casi un 100 por ciento de aciertos en lanzar la baqueta al aire y volver a tomarla, lo que debió ser su mayor diversión durante un concierto en que su labor es similar a una sesión en el gimnasio, ya que no tiene pausa durante canciones como "Try it again", "You got it all... wrong" y "Two-Timing touch and broken bones". 

"Return the favour" marcó el final de la noche, con un estribillo sencillo -"oh, oh, oh, oh, oh, oh"-, que fue seguido por el público tal como en Porto Alegre  hace tres días:

   

Tras un breve bis, The Hives dio por cerrada la noche en el Caupolicán y ahora emprende vuelo a Argentina, donde finalizará su gira sudamericana el 13 de septiembre.

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