Pinochet se responsabilizó por envío de armas en 1995, según diario ecuatoriano
El Comercio de Quito publicó un extenso reportaje en que el ex agregado aéreo ecuatoriano en Santiago confirma que, además de municiones, Chile le entregó fusiles y visores nocturnos a su país.
El diario ecuatoriano El Comercio, que desató la polémica sobre la presunta venta de armas chilenas a su país, publicó un extenso reportaje en el cual señala que el ex dictador Augusto Pinochet se responsabilizó de la operación en que Chile entregó fusiles y visores nocturnos en los primeros días de febrero de 1995.
En su edición en internet, el diario afirma que "accedió a nuevos datos que confirman que un arsenal compuesto por fusiles, municiones y visores bifocales nocturnos arribó a Quito, procedente de Chile", durante los primeros días de febrero de 1995, "es decir en pleno enfrentamiento bélico en el Alto Cenepa", que enfrentó a Ecuador y Perú.
El artículo señala que la operación fue descubierta por los servicios secretos peruanos, que casi inmediatamente la filtraron a la prensa chilena y peruana.
"En esos días, los diarios La Tercera de Chile y El Comercio y La República de Perú publicaron sendos informes sobre la llegada de las naves y el transporte 'de ametralladoras, metrallas de mano, municiones para fusiles, minas antipersonales y granadas'".
Además, fuentes castrenses ecuatorianas familiarizadas con esta operación revelaron al diario que "la filtración de esa información a la prensa molestó mucho al general Augusto Pinochet, en ese entonces comandante en jefe del Ejército chileno, quien asumió la responsabilidad directa ante las autoridades civiles de su propio país, por la entrega del armamento".
"Aparentemente, la decisión del ex dictador no fue casual. Desde la década del 50 del siglo XX, Pinochet estrechó fuertes lazos de amistad con militares ecuatorianos. Él fue profesor de la Academia de Guerra en Quito y estudió Derecho en la Universidad Central del Ecuador", dice el reportaje.
A las pocas horas de que las armas fueran despachadas en dos aviones Hércules C130, -prosigue la investigación de El Comercio- "el gobierno del presidente Eduardo Frei conoció sobre el embarque, pero sólo de los proyectiles. La operación trascendió cuando el embajador chileno Mariano Fernández se reunió en Santiago con su par peruano, Alfonso Rivero. Le informó que las municiones se enviaban en virtud de un contrato anterior, firmado en septiembre de 1994, con las respectivas disculpas".
Para confirmar que el envío de armas fue algo más que las municiones pactadas en 1994, el diario entrevistó al coronel Ernesto Checa Arroba, agregado aéreo ecuatoriano en Santiago. Según estos datos, a mediados de enero de 1995, el coronel, ahora en retiro, recibió una orden del jefe de la misión militar, el coronel del Ejército Fernando Nairo Velasco para recibir una comisión uniformada desde Ecuador.
"El oficial Velasco dispuso que yo debía dar apoyo y coordinar la llegada de la comisión aérea que venía a Chile desde Ecuador", relató el ex oficial de la Fuerza Aérea Ecuatoriana al matutino.
La misión, según el periódico, estaba compuesta por dos aviones Hércules C130, con 10 tripulantes ecuatorianos, que aterrizaron en Santiago.
"Luego de que ambos aviones se estacionaron, el personal de la base empezó a embarcar decenas de cajas alargadas de madera con arsenal de la Fábrica de Maestranza del Ejército de Chile (Famae)".
"Eran fusiles y municiones", confirma Checa, quien, antes de ser agregado en Santiago, fue comandante de una base militar ecuatoriana en la localidad de Taura.
El embarque fue rápido y no tardó más de 90 minutos; luego las aeronaves despegaron.
De acuerdo al diario, el testimonio de Checa coincide con la versión de otro militar ecuatoriano que también estuvo presente en el traslado de las armas, en Santiago. El uniformado -que pidió la reserva de su identidad- fue más específico que Checa. Reveló que embarcaron 3.000 fusiles alemanes HK, municiones y un número no determinado de visores bifocales nocturnos.
Checa, actualmente retirado de la milicia, no comprende el empeño de la cúpula castrense de su país por mantener en secreto, y aún negar, esta transacción, cuando han transcurrido más de 10 años, tiempo suficiente para levantar la reserva. Según Checa, esa operación también la conoció el general José Gallardo, entonces ministro de Defensa de Ecuador, quien sin embargo lo ha negado.
"Es inaudito que el entonces Ministro de Defensa lo niegue cuando su propio sobrino, el coronel Óscar Gallardo, piloteó uno de los aviones que trajo el material desde Chile", revela Checa.