Presidente iraní mantuvo tono desafiante y minimizó críticas internacionales
Mahmud Ahmadineyad dijo que el rechazo de EE.UU. y Europa a sus palabras para "borrar a Israel" del mapa lo tiene sin cuidado.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, mantuvo este viernes su tono de desafío e infravaloró las críticas recibidas desde la comunidad internacional por apelar en público a la destrucción de Israel.
Estados Unidos y Europa "son libres para hablar pero sus palabras carecen de valor para mí", aseguró el mandatario, a quien cita este viernes la agencia oficial de noticias local IRNA.
"Son personas que tiene mucha cara y desean que todo el mundo les obedezca", agregó Ahmadineyad, quien participó en el "día de Jerusalén", festividad que hace más de dos décadas instituyó el ayatolá Rujolah Jomeini, fundador del actual Estado de Irán, para apoyar la causa palestina.
El pasado miércoles, Ahmadineyad recuperó en un discurso público la célebre frase acuñada por Jomeini, "hay que borrar a Israel del mapa.
La comunidad internacional reaccionó con una crítica generalizada mientras que el país hebreo inició los trámites para solicitar la expulsión de Irán de la ONU.
El presidente iraní marchó por las calles de la capital acompañado por decenas de miles de seguidores, en una protesta masiva que según diplomáticos y expertos en la zona es una muestra del respaldo que tienen en el país las ideas del presidente.
Los manifestantes, convocados por las principales instituciones y organizaciones del país, salieron desde siete puntos diferentes de la capital en dirección al campus de la universidad, donde a mediodía tuvo lugar la oración comunitaria y el sermón preceptivo de los viernes, principal tribuna política del país.
Al grito de "abajo Estados Unidos, fuera Israel y el Reino Unido", los miles de congregados avanzaron desde las 8:30 de la mañana hora local (5:30 GMT) con pancartas en las que condenan "los crímenes del despotismo mundial y del sionismo", ideología esta última que fomentó la creación del actual Estado de Israel.
"El día de Al-Quds (Jerusalén en árabe y persa) manifiesta la repulsa mundial contra el despotismo global y es el día elegido para pedir la justicia, la jornada en que la umma (comunidad musulmana) demuestra su poder", subrayaba en su edición del jueves el diario local Hamshahri.
Marchas similares se escenificaron en otros puntos de la región en la que existen importantes comunidades chiitas, como en el sur del Líbano. (EFE)