Tokio no tiene interés en el caso Fujimori
El canciller nipón aclaró que el ex gobernante peruano es un "ciudadano ordinario" en Japón, por lo cual no se ha tomado partido ni existe una estrategia para defenderlo.
El Gobierno japonés aseguró que no tiene interés alguno en el caso de Alberto Fujimori más allá del que merece su ciudadanía nipona, afirmó un vocero oficial que descartó la existencia de una "agenda oculta" en Tokio respecto al ex presidente peruano detenido en Chile.
Según Tomohiko Taniguchi, uno de los portavoces del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, la simpatía expresada al ex presidente peruano por algunos políticos japoneses a lo largo de los cinco años de su estancia en Japón no es compartida por el Ejecutivo.
El Gobierno japonés "no toma partido", señaló Taniguchi y aseguró que nunca ha existido una estrategia en Japón respecto al ex gobernante buscado prófugo de la Justicia de Perú.
La "alerta roja" emitida contra Fujimori por la Interpol e ignorada por Japón no tiene "el poder de activar el proceso de una investigación criminal en el país en el que reside el individuo en cuestión", indicó el alto funcionario.
Respecto a la sigilosa salida de Fujimori de Tokio a tempranas horas de la mañana el pasado 6 de noviembre en un avión arrendado, Taniguchi aseguró que Japón no es un "país comunista con un Gran Hermano" vigilando a cada uno de sus ciudadanos.
El portavoz añadió que el ex gobernante peruano era "un ciudadano ordinario" en Japón, que no estaba vigilado por ninguna autoridad.
Asimismo, el diplomático calificó de "amplificada" la reacción en Latinoamérica a la visita que tres diplomáticos japoneses en Santiago hicieron a Fujimori inmediatamente después de su detención por parte de las autoridades chilenas.
Tras citar el derecho de Fujimori a la atención de funcionarios consulares de su país por ser un detenido con nacionalidad japonesa, Taniguchi aseguró que el ex gobernante podrá tener la ciudadanía nipona hasta que decida renunciar a ella, ya que no hay ninguna estipulación que permita retirarla.
Poco después de abandonar el Gobierno de Perú en medio de escándalos de corrupción en 2000, Fujimori recibió la confirmación de su nacionalidad japonesa transmitida por sus antepasados y quedó a salvo de los intentos de extradición por parte de Lima, al no existir un tratado de extradición entre ambos países.
Según la Cancillería japonesa, Perú envió dos peticiones de extradición a los que Tokio respondió con dos cuestionarios, uno de los cuales, el más reciente, fue respondido sin traducción al japonés, "en contra de la práctica habitual", lo que impidió su envío al Ministerio de Justicia, el destinatario último del documento.
Taniguchi declinó confirmar si el Gobierno japonés se siente aliviado con la salida de Fujimori y reiteró que, más allá de los derechos que le otorga su ciudadanía japonesa, Tokio no tiene interés alguno en el futuro del ex mandatario. (EFE)