Alberto II asumió el trono de Mónaco

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Autor: Cooperativa.cl

El hijo de Rainiero III cumplió con el protocolo de entronización requerido por el pequeño principado mediterráneo, para asumir la jefatura de Estado en reemplazo de su fallecido padre.

Alberto II asumió definitivamente el trono de Mónaco con la finalización de todas los ritos previstos en el ceremonial del pequeño Estado y en presencia de representantes de 16 delegaciones extranjeras, entre ellas varias casas reales.

 

La muerte de Rainiero III, el pasado 6 de abril, supuso la sucesión automática inmediata y Alberto pasó a ocupar la jefatura del Estado, que como regente desempeñaba desde algunos días antes debido a la postración de su padre.

 

No obstante, el protocolo monegasco impone una serie de ritos para formalizar la entronización y, en este punto, Alberto ha querido imitar a su padre y celebrar los actos en dos fechas distintas.

 

La primera, el 12 de julio pasado, adoptó la forma de un encuentro entre el príncipe y su pueblo, con actos sobrios y circunscritos a la participación de los monegascos.

 

El jueves 17 de noviembre Alberto recibió el juramento de fidelidad en el Palacio de los Grimaldi por parte de las principales autoridades del país y este sábado contó con la presencia de delegaciones extranjeras que asistieron a Mónaco para un oficio religioso y otro de corte militar.

 

Los actos de este sábado, que coinciden con la Fiesta Nacional de Mónaco, suponen un respaldo internacional a la nueva andadura del Principado en manos de Alberto II, de 47 años, tras el largo mandato de su padre, que estuvo más de medio siglo al frente del pequeño Estado mediterráneo, aunque su funeral contó con el doble de delegaciones extranjeras.

 

Mónaco tiene como religión de Estado la católica, por lo que era obligatorio un oficio, que se celebró en la catedral y en el que el arzobispo Bernard Barsi definió al titular del Principado como "garante de la unidad nacional y del bien común", y le pidió "espíritu de servicio".

 

Alberto II siguió la ceremonia con gesto contenido, vestido con uniforme militar en el que relucían varias condecoraciones, flanqueado por sus hermanas Carolina y Estefanía, así como otros miembros de su familia.

 

El Papa Benedicto XVI envió un mensaje de felicitación y de buenos augurios que fue leído durante el rito y a continuación, mientras sonaban las notas de un "te deum", Alberto tuvo dificultades para contener la emoción, mientras sus hermanas se abandonaban a las lágrimas.

 

En una iglesia engalanada con 6.000 lirios y rosas, y con las banderas de Mónaco y del Vaticano se sucedieron lecturas bíblicas y piezas musicales clásicas.

 

Unas 800 personas asistieron a este acto y en los primeros bancos del templo se sentaban representantes de varias casas reales.

 

Con posterioridad, todos ellos se trasladaron al Palacio del Principado, desde donde siguieron la ceremonia de "Entrega del estandarte" de Alberto II, que presidirá a partir de ahora todos los actos oficiales del Principado.

 

Representantes de las fuerzas de seguridad de Mónaco rindieron honores al jefe del Estado y también participaron en el acto militar soldados de las Armadas de Francia, Italia y Estados Unidos, cuyos navíos estaban fondeados en el puerto.

 

Miles de monegascos siguieron la ceremonia en las pantallas gigantes colocadas en la explanada frente al palacio y siguieron la recomendación de las autoridades locales de aclamar a su príncipe y al resto de la familia cuando, terminados los actos, se asomaron al balcón central, en una jornada fresca y soleada.

 

Una Mónaco engalanada, en la que predominan los colores rojo y blanco de su bandera, se unía así a su nuevo príncipe, quien el viernes 18 de noviembre declaró a una emisora francesa que en estas ceremonias piensa "en primer lugar en mi padre, en todo lo que me enseñó", lo que impregna en todo el proceso "una gran emoción". (EFE)