Greenpeace compró madera ilegal en Brasil para demostrar la falta de control

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Autor: Cooperativa.cl

La organización ecologista se contactó com un funcionario municipal de una localidad amazónica y consiguió la documentación necesaria para adquirir fácilmente el producto.

La organización ecologista Greenpeace desarrolló una investigación para averiguar y exponer cómo se realiza la compraventa de madera ilegal procedente de la Amazonia, al comprar un cargamento de origen ilícito.

 

Entre junio y noviembre de 2005, un equipo de Greenpeace estuvo varias veces en el estado de Rondônia, Brasil, para investigar este tipo de comercialización.

 

"Esta denuncia tiene dos objetivos: mostrar cómo el comercio ilícito y clandestino de madera amazónica abastece el mercado y pedir al Gobierno federal brasileño que corrija las deficiencias del actual sistema de control y supervise la actividad maderera", declaró Paulo Adario, coordinador de la Campaña en la Amazonia de Greenpeace. "El sistema actual de control debe ser modificado radicalmente", agregó.

 

Los miembros de Greenpeace se hicieron pasar por compradores interesados en adquirir la madera ilegal y conseguir los documentos legales de comercio y de transporte.

 

El cargamento se compone de 29 metros cúbicos de madera tropical extraídos en selvas cercanas a los municipios de Cujubim y Machadinho D'oeste, al nordeste de Rondônia.

 

Un intermediario del municipio de Ariquemes (Rondônia) vendió a Greenpeace la nota fiscal y el permiso de transporte de madera (ATPF), que son los documentos legales necesarios para transportar la madera.

 

Gracias a estos documentos el cargamento ilegal pudo ser transportado hasta la ciudad de Sao Paulo. Así, la madera ilegal recorrió más de 3.000 kilómetros de carreteras federales y del estado de Brasil, atravesó tres estados diferentes y dos puestos de control del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama). La carga llegó a São Paulo el pasado 6 de diciembre.

 

Greenpeace España denunció a finales del mes de octubre que las obras de ampliación del Museo Reina Sofía, en Madrid, habían utilizado madera amazónica procedente de empresas implicadas en la tala, transporte y procesamiento de madera ilegal en el Estado de Pará, en la Amazonia brasileña.

 

Pese a que el museo poseía permisos de exportación e importación de la madera, Greenpeace demostró que las empresas vendedoras de la madera habían sido multadas reiteradamente por carecer de la debida documentación de la madera transportada y procesada en sus aserraderos.

 

"Todavía hoy estamos esperando que el museo o el Ministerio de Cultura (español) digan públicamente que no permitirán que madera ilegal sea utilizada en obras de construcción, ampliación o remodelación de museos españoles", añadió Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace España. (Agencias)