"Contacto" reveló inéditos detalles de la fuga que marcó la transición

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Autor: Cooperativa.cl

El escape de cuatro frentistas de la CAS, el 30 de diciembre de 1996, no sólo tuvo éxito por una minuciosa planificación, sino que también gracias a la decisión con que un grupo de ayudistas asumió la tarea encargada por el FPMR Autónomo.

Por J. Raúl Martínez rmartinez@cooperativa.cl

 

Santiago, 30 de diciembre de 1996, 15:45 horas. En sólo 58 segundos un helicóptero con fusileros, armados con sendos M-16, rescata a cuatro destacados militantes de la facción autónoma del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).

 

Las recriminaciones al Ejecutivo de Eduardo Frei Ruiz-Tagle no tardan, en un país aún marcado por la sombra del ex dictador Augusto Pinochet, custodio de su impunidad desde la comandancia en jefe del Ejército, la derecha acusa: la Concertación es cómplice de los terroristas, nuevamente la transición está en tela de juicio.

 

A una década del hecho, sólo uno de los cuatro reos fugados podría enfrentar a tribunales nacionales, mientras que el resto del equipo que planeó y concretó la operación "Vuelo de justicia" nunca pudo ser hallado por la autoridad.

 

Sin embargo, el programa "Contacto", de Canal 13 logró este martes revelar aspectos inéditos del complejo plan, entre los que se cuentan testimonios de activistas que nunca han sido identificados por la Justicia.

 

Cómo lograron Pablo Muñoz Hoffman, Ricardo Palma Salamanca, Mauricio Hernández Norambuena y Patricio Ortiz Montenegro subir a una cesta de sólo un metro de diámetro y ser elevados por un helicóptero que se paseó sin problemas por Santiago y, particularmente, por sobre Famae, la ex Penitenciaría y la propia CAS, hasta entonces el orgullo carcelario nacional.

 

Para "Contacto", todo partió con la voluntad y compromiso de un grupo de frentistas, quienes ayudados por extranjeros -quienes acudieron a un llamado solidario-, lograron durante más de un año y medio preparar el "Vuelo de justicia", que incluyó la instrucción, por 12 meses y fuera del país, de un piloto para la aeronave.

 

La periodista Carolina Trejo logró dar con tres actores claves del escape, quienes siguen siendo desconocidos para la investigación que instruye el juez Lamberto Cisternas, quien mantiene el expediente con un sobreseimiento temporal.

 

Uno de los engranajes que logró contactar el programa de la estación católica es Luis Carlos Distéfano, o quien dice llamarse así. En Buenos Aires, el ciudadano argentino relató cómo a través de "compañeros" recibió la solicitud de ayudar a una "operación" en Chile, cuyos detalles no conoció hasta que arribó al país.

 

El argentino clave

 

Luis Carlos lideró el grupo logístico que preparó el equipamiento del helicóptero usado para el rescate, así como la empresa que sirvió de fachada para sobrevolar Santiago y analizar la CAS desde el aire.

 

El trasandino, junto a dos mujeres, también argentinas, y a las hermanas irlandesas Christine y Frances Shannon, vinculadas al brazo político del IRA, el Sinn Fein, se instaló en una casa en Rapel, centro de operaciones del grupo.

 

Con el pretexto de excursiones para turistas, Luis Carlos Distéfano logró sobrevolar la capital y captar desde el aire detalles de la prisión que, sumados a la información que los propios frentistas aportaban, permitieron construir una maqueta de la CAS, que permitió al FPMR planificar con lujo de detalles la fuga.

 

El FPMR usó una maqueta -que registró en video- para planear la "fuga del siglo".

"Contacto" logró tener acceso a un video grabado por los subversivos, en el que se aprecia cómo el modelo a escala fue usado para definir la forma en que los extremistas saldrían de la prisión.

 

Aunque la maqueta era un dato del expediente, por primera vez alguien ajeno al Frente tuvo acceso a la cinta, algo que Trejo atribuyó, en conversación con Cooperativa.cl a un "largo tiempo de acercamiento, de generar confianzas".

 

Luis Carlos fue el encargado de comprar autos, contratar el helicóptero usado e incluso arrendar la vivienda en Rapel donde se concentró el grupo, sector donde incluso recurrió a Carabineros, cuando llevó a una vecina a denunciar un robo. La idea era ser un habitante más y evitar cualquier sospecha.

 

Además, "Contacto" llegó hasta "Esteban", un argentino que se encargó de elaborar entre 30 y 40 identidades falsas, entre cédulas de identidad y pasaportes, usados en comercios y pasos fronterizos, sin que nadie notara nada.

 

"Esteban" jamás ha sido identificado en el proceso judicial.

 

En el reportaje también entregó su testimonio "Rodrigo", uno de los dos fusileros que a bordo del Bell Long Ranger privado -arrendado para la ocasión-, otro de los miembros de la operación que nunca ha sido identificado por los tribunales.

 

"Rodrigo" detalló cómo las ráfagas cortas de los M-16 lanzadas desde el aire dejaron sin reacción a los tres gendarmes que estaban en las torretas de custodia de la CAS.

 

El programa de investigación también reprodujo parte del vuelo del helicóptero, cuya planificación definitiva comenzó alrededor de mayo de 1996, cuando el FPMR tomó la decisión de rescatar por aire a cinco de sus hombres.

 

El quinto, Rafael Escorza Henríquez, decidió simplemente no sumarse a la fuga por amor, no quería dejar a su pareja, también frentista y por la época muy enferma. La decisión le significó pasar 11 años y seis meses en prisión, pues sólo en septiembre de 2003 logró acceder a la libertad dominical.

 

El reportaje dio cuenta de las pocas restricciones de vuelo que tuvo el helicóptero, pilotado por el capitán de Carabineros Daniel Sagredo, quien fue reducido en el Parque Brasil, cuando aterrizó luego que una de las "turistas" que volaba con él adujera problemas estomacales.

 

Maniatado el piloto, la nave viaja a Rapel, donde es armada con blindajes, se suben los fusileros y se prepara la canasta que llevaría a los rodriguistas a la libertad.

 

Los equipos organizados por Raúl Escobar, "Emilio", uno de los líderes del FPMR, dan inicio al trascendental vuelo. Sólo 58 segundos sobre la CAS y parten nuevamente al parque, un auto esperaba a los frentistas.

 

Las casas de seguridad cumplieron su labor y sucesivamente los fugados dejan el país.

 

Los servicios de seguridad aún no reaccionaban cuando las hermanas Christine y Frances Shannon dejaban el país por vía aérea, el mismo día del escape, mientras Distéfano y las dos argentinas dejaban Chile por el paso Los Libertadores a bordo de un taxi.

 

Nunca la Justicia pudo identificarlos. La operación era un éxito. A 10 años, sólo Mauricio Hernández Norambuena podría enfrentarse a los tribunales, pues está detenido por secuestro en Brasil.

 

Ortiz logró asilo político en Suiza. De Muñoz Hoffman y Palma Salamanca nunca más se supo. Irónicamente, ninguno enfrenta cargos por la fuga, pues ésta no es penada por la ley.

 

La autocrítica del ex director de Gendarmería

 

Los frentistas estaban en celdas juntos para evitar la "infección" de otros reos, reconoció a "Contacto" el entonces director de Gendarmería, Claudio Martínez.

 

La capacidad militar del Frente parecía un recuerdo de la década de 1980, pero los rodriguistas sorprendieron a todos.

La medida ayudó a los cuatro subversivos a planear con más detalle su rutina previa y a entregar mejores datos inteligencia a sus compañeros en el exterior, gracias al relajo de las medidas de seguridad de la CAS, por la presión política contra la incomunicación de los reos por delitos terroristas.

 

Martínez recordó que nunca en la historia previa de las cárceles chilenas hubo una fuga aérea, algo que sirvió al FPMR, porque no había preparación de parte de los gendarmes para enfrentar una situación de este tipo, por lo que los custodios ante la llegada del helicóptero sólo atinaron a proteger sus vidas.

 

Además, el funcionario, quien renunció ese mismo día al cargo por su responsabilidad política en la fuga, agregó enfático: Hubo una "falla absoluta de los servicios de inteligencia del país".

 

Ni el Gobierno, ni Gendarmería ni los aún poderosos servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas previeron que el FPMR tendría tal capacidad operativa para llevar a cabo la "fuga del siglo".

 

No obstante, la decisión de los ayudistas y de los propios frentistas tuvo un poderoso aliado en el azar, como reconocieron los mismos protagonistas de la historia. La línea entre el éxito y el fracaso era más que delgada, la apuesta por el escape más "cinematográfico" no podía ser ciento por ciento racional, la suerte estuvo de lado del grupo.

 

Los tribunales "llegaron hasta los límites que pudieron llegar" en la investigación, concluyó Trejo. (Cooperativa.cl)