Bachelet encabezará tributo a Orlando Letelier a 30 años de su asesinato
La Mandataria dará el nombre del ex canciller a la nueva sede diplomática de Chile en la ONU, a tres décadas del atentado perpetrado en Washington por la agentes de la dictadura.
Con una ceremonia en el Cementerio General de Santiago y un acto académico, entre otras actividades, será recordado este jueves el ex canciller Orlando Letelier, asesinado hace 30 años en Washington por un comando de Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
Como todos los años, el Partido Socialista (PS) recordará al ex ministro con una romería a su tumba, donde habrá un homenaje especial a su figura y se colocarán ofrendas florales.
![]() La Presidenta Bachelet rindió homenaje a Letelier en su discurso ante la ONU. (Foto archivo: EFE) |
En la ceremonia, Bachelet -acompañada de la familia Letelier- desvelará una placa que dará a la nueva sede diplomática chilena el nombre del que fuera ex canciller.
La Mandataria, en su intervención del miércoles ante la 61ª Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, rindió homenaje al ex ministro.
"Hace exactamente 30 años, la Asamblea General recibió una noticia horrorosa: en las calles de Washington, Orlando Letelier, ex canciller y ministro de defensa del presidente Allende, fue brutalmente asesinado. Aquel crimen remeció a los delegados y hoy lo recuerdo con emoción", señaló la jefa de Estado.
Bachelet también encabezará un acto el viernes 22, cuando junto a la familia Letelier done a la Biblioteca Nacional los archivos del fallecido político, uno de los opositores más temidos por la dictadura.
En el acto, además, anunciará la creación de un Museo de la Memoria, según militantes socialistas.
El atentado que golpeó al mundo
El homicidio del ex canciller de Allende y de su asistente, la estadounidense Ronnie Moffit, realizado el 21 de septiembre de 1976 a pocas manzanas de la Casa Blanca, asombró al mundo y congeló las relaciones entre el régimen pinochetista y el gobierno de Jimmy Carter.
El asesinato de quien también fue ministro de Defensa e Interior y embajador en Washington, "fue el primer acto de terrorismo internacional que se cometió en Estados Unidos", según el senador socialista Juan Pablo Letelier, que entonces tenía 15 años.
Treinta años después, el parlamentario recordó el hecho con "profunda tristeza" pero también "con el corazón en paz", debido a los privilegios que aún goza Pinochet.
![]() El auto del ex canciller y su asistente quedó prácticamente destruido. |
En el juicio, Pinochet no fue procesado, aunque Espinoza afirmó años después que fue él quien ordenó el homicidio, perpetrado por un comando dirigido por el agente estadounidense de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) Michael Townley y que se inscribe dentro de la "Operación Cóndor", la coordinación de las dictaduras del Cono Sur para exterminar a opositores.
Townley, que fue procesado y condenado en EE.UU. y que contó con el apoyo de cubanos anticastristas, permanece libre, amparado por el sistema de protección de testigos de ese país.
Contreras y Espinoza fueron condenados en 1995 a siete y seis años de prisión, respectivamente, y han vuelto a la cárcel, donde cumplen condenas de entre doce y 20 años por casos de violaciones de los derechos humanos.
En un plano más personal, Letelier indicó que el perdón "es una situación muy personal" y que para otorgarlo hay que pedirlo y reconocer los daños causados.
"Pero aquí nadie ha pedido perdón ni se ha arrepentido en lo más mínimo", dijo en alusión a Pinochet.
La "exportación" de la represión
El crimen dejó claro que la represión desatada por la dictadura de Pinochet desde el mismo 11 de septiembre de 1973 no se limitó al territorio nacional, debido a que la DINA planificó y ejecutó atentados más allá de sus fronteras.
La historia de esa "internacionalización" de la represión consta en numerosos expedientes judiciales, que han establecido que la DINA incluyó en su estructura un "departamento exterior" encargado de perseguir a opositores en el extranjero.
Pese a la abundancia de antecedentes, unidos al exterminio de disidentes en territorio chileno, aún hay quienes se resisten a creer que se trató de terrorismo de Estado y consideran que se trató de simples excesos de represores "escapados de sus mandos".
Según el diputado derechista Alberto Cardemil, ex subsecretario del Interior de la dictadura, se trató de "funcionarios públicos que se asociaron con el objetivo de matar gente".
El asesinato del general Carlos Prats y de su esposa, Sofía Cuthbert, en Buenos Aires, el 30 de septiembre de 1974, y el atentado contra el ex Vicepresidente Bernardo Leighton y su mujer, Anita Fresno, quienes resultaron gravemente heridos en Roma, el 6 de octubre de 1975, son muestras de la organización necesaria para llevara delante estos crímenes.
Hubo además, en los primeros años de la dictadura intentos de asesinato contra el dirigente socialista Carlos Altamirano; contra Volodia Teitelboim, alto miembro del Partido Comunista, y contra Andrés Pascal Allende, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Para esas acciones, la DINA contó con recursos económicos de la dictadura y la colaboración de grupos de ultraderecha extranjeros, según se demostró en 1993, cuando fue descubierta una carta que el jefe de la DINA, Manuel Contreras, envió a Pinochet 20 días antes del atentado contra Bernardo Leighton.
En la misiva, Contreras solicitaba a Pinochet 600.000 dólares adicionales al presupuesto de la DINA "para la neutralización de los principales adversarios de la junta militar en el exterior". (EFE)

