Médico desató polémica en Italia al ayudar a morir a enfermo terminal

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Autor: Cooperativa.cl

El galeno cumplió con la voluntad de un paciente sufría una distrofia muscular progresiva y se encontraba conectado a un respirador artificial desde hace 10 años.

Un enfermo de distrofia muscular progresiva, quien reclamaba desde hace meses su derecho a terminar con el tratamiento que lo mantenía vivo y ser sedado para morir sin sufrimiento, falleció con la ayuda de un médico del Hospital de Cremona, en el norte de Italia, que aceptó cumplir con la voluntad del paciente desoyendo la opinión de otros colegas y de autoridades sanitarias.

 

Sin duda, la asistencia brindada por el médico Marco Riccio a Piergiorgio Welby, de 60 años, para que muriera profundizará el ya fuerte debate que había desatado la situación del paciente, quien no podía mover ningún órgano de su cuerpo con excepción de los ojos.

 

La muerte de Welby fue anunciada por radio por el presidente del Partido Radical, Marco Panella.

 

"Ha logrado lo que ha deseado, por lo que ha luchado como una extrema posibilidad de vida. Será una fuente de fortaleza, amor y esperanza para todos los hombres y mujeres que aman la vida, la libertad y la responsabilidad", dijo el líder político, quien apoyaba la causa del enfermo terminal.

 

Poco después, Riccio ofreció una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados.

 

"Acepté su voluntad de morir", dijo el médico, quien precisó que el enfermo falleció "media hora antes de la medianoche del miércoles".

 

Además, puntualizó que él desconectó el respirador que asistía al enfermo y le suministró los medicamentos necesarios para que no sufriera.

 

Ese mismo días, expertos habían indicado que la muerte de Welby no era inminente y que debía seguir conectado al aparato, como estaba desde hace 10 años.

 

Por su parte el Consejo Superior de la Salud (CSS) sostenía que el ventilador que mantenía con vida a Welby no constituía "un cuidado excesivo".

 

El caso tuvo un complicado paso por los tribunales, en los que las discusiones giraron también en torno a la necesidad de cubrir un vacío legal y a la que le siguió una reciente exhortación de la ministra de Salud, Livia Turco, a "redactar urgentemente normas capaces de aclarar el marco" del tema.

 

El debate dividió a las fuerzas políticas italianas entre los que apoyan la eutanasia y los que la rechazan e incluyó pronunciamientos de cardenales del Vaticano, que señalaron que "la Iglesia (Católica) no puede aceptar la eutanasia porque es el equivalente de matar".

 

Sin embargo, también cuestionaron el uso "de medios desproporcionados para tratar a un paciente con una enfermedad terminal" como "una práctica cruel y sin sentido que sólo prolonga la agonía, el dolor y el sufrimiento". (Agencias)