Viceministro israelí admitió como "un error" uso de bombas de racimo en Líbano
Efraim Shen, de la cartera de Defensa, se convirtió en el primer miembro del Gobierno hebreo en reconocer el uso de estos explosivos prohibidos, que causaron al menos 19 muertos y 90 heridos durante el conflicto.
El viceministro israelí de Defensa, Efraim Sneh, reconoció que fue "un error" el empleo de bombas de racimo en el conflicto contra la milicia de Hizbulá en el Líbano, informó este martes un diario local.
Sneh es el primer miembro del Gobierno israelí en reconocer el uso de este tipo de bombas, que al caer se fragmentan hasta en 650 pequeños explosivos, muchos de los cuales, al no explotar en el momento, acaban convirtiéndose en minas antipersonales, prohibidas internacionalmente.
"Fue un error, fue un error", dijo el viceministro al ser entrevistado para un documental británico sobre la guerra del Líbano que se estrenará este miércoles, y cuya transcripción publica el diario israelí The Jerusalem Post.
Interrogado sobre estas declaraciones, el vocero de Sneh aseguró que el viceministro "no fue bien comprendido" por sus entrevistadores y que no cree que fuese un error emplear bombas de racimo, también llamadas de fragmentación, contra Hizbulá.
Aunque inicialmente negó haber utilizado estas bombas de fabricación estadounidense en el Líbano, Israel acabó reconociendo los resultados de una investigación del propio Departamento de Estado de EE.UU. que lo confirmaba.
Washington pidió explicaciones entonces a Israel por violar los términos de un acuerdo bilateral sobre las circunstancias en que estaría permitido el empleo de estas bombas.
Según cifras de la ONU, hay un millón de bombas de racimo sin estallar dispersas en el sur del Líbano tras los 34 días de guerra, en los murieron al menos 19 personas y 90 resultaron heridas, muchas de ellos niños, por la explosión de estos artefactos.
En general, el conflicto se saldó con más de un millar de muertos, en su gran mayoría civiles libaneses, además de una destrucción masiva de la infraestructura del país del cedro a manos de los implacables ataques hebreos. (EFE)