Ex rehén Consuelo González pidió un intercambio humanitario
Por su parte, Clara Rojas se opuso a la sugerencia de Hugo Chávez de cambiar a las FARC la denominación de terroristas por insurgentes, pues el secuestro es un delito de lesa humanidad.
Consuelo González de Perdomo, la ex congresista colombiana liberada por las FARC tras seis años de cautiverio, abogó en Caracas por el intercambio humanitario y una solución negociada al conflicto en su país.
"Sigo creyendo que la solución es política, es negociada", dijo la ex rehén, en su primera rueda de prensa tras su liberación el jueves en la selva colombiana cuando ella y Clara Rojas fueron entregadas a una comisión enviada por Venezuela.
En su comparecencia ante los periodistas, Consuelo González, acompañada de sus dos hijas, se declaró determinada a emprender acciones a favor del intercambio humanitario para los secuestrados y a trabajar para "vincular al pueblo" en este esfuerzo.
Indicó asimismo que volverá a Colombia el próximo domingo.
La ex congresista, quien dijo que la acción del presidente venezolano, Hugo Chávez, "fue determinante" a la hora de permitir que ambas recobraran la libertad, comentó que el 31 de diciembre recibieron "con sorpresa el anuncio del presidente (colombiano, Álvaro) Uribe" respecto al niño Emmanuel.
Uribe reveló aquel día que el niño que tuvo Clara Rojas durante su cautiverio estaba al cuidado de un organismo social en Bogotá.
"El 30 teníamos la certeza que nos iban a liberar al día siguiente", manifestó.
"Indiscutiblemente se presentaron acciones de operaciones militares en la zona donde teníamos que movilizarnos que no nos permitieron la llegada al sitio" previsto para la liberación, afirmó.
Terroristas por insurgentes
Preguntada sobre la petición hecha por Chávez de que se considere a las FARC y al ELN grupos insurgentes y no terroristas, la ex congresista dijo que "cualquier acción que permita avanzar en la búsqueda de la paz y el intercambio humanitario es válida".
González indicó que no escuchó directamente la intervención del presidente venezolano y que tratará de conocer el discurso para tener un criterio, pero reiteró que cualquier acción por la paz "es bienvenida".
"Si la paz se lograra con eso, tendría que analizarse muy profundamente", subrayó. Su compañera, Clara Rojas, fue no obstante, un poco más enfática al afirmar que las guerrilla "en principio parecería ser una organización delictiva" que "mantiene a personas secuestradas", lo que reviste "delito de lesa humanidad".
Su declaración fue de todas maneras cautelosa, con el objetivo de no mostrarse abiertamente en desacuerdo con el mandatario venezolano, cuya mediación ambas rehenes reconocieron fundamental para su liberación.
Consuelo González confirmó que el jefe del grupo de guerrilleros que les llevaron durante 18 días por la selva hasta el lugar de liberación entregó pruebas de supervivencia, fotos y cartas, de los ocho rehenes que habían sido sus compañeros de cautiverio.
Agregó que "no se alcanza a dimensionar la felicidad" del momento que vive, manifestó que quiere "empezar a aprovechar el tiempo" al lado de su familia, y reafirmó su "compromiso ineludible" con el intercambio humanitario.
En ese sentido, subrayó que quería "convocar" a todas las instancias en su país y en todos los países demócratas a favor de una "acción colectiva".
A las preguntas de los periodistas respondió también que nunca pensó en el suicidio durante el cautiverio, aunque sí entró "muchas veces en estado de depresión grande", y que sintió una "inmensa tristeza" cuando conoció la noticia de la muerte de su esposo.
"No puedo desgastarme alimentando un odio", dijo también respecto a lo sufrido en esos años.
"El solo hecho de privar de libertad" a una persona "es censurable", subrayó, antes de agregar que ella no padeció tortura física aunque sí vio cómo permanecían encadenados compañeros de cautiverio.
"Nos afectaba terriblemente ver a los compañeros encadenados, (...) amarrados a un palo en el momento de dormir", dijo. (EFE)