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Valparaíso tiene una visita ilustre: El portaaviones "George Washington"

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Autor: Cooperativa.cl

La nave de la Marina de EE.UU. tiene una altura equivalente a 18 pisos y cuenta con un completo equipamiento para dar confort a los 3.000 tripulantes que van camino a Japón.

El portaaviones "George Washington" ya está en Chile, en la bahía de Valparaíso, donde permanecerá hasta este domingo para luego tomar rumbo hacia su destino final: Japón.

 

La enorme nave puede trasportar hasta 6.000 tripulantes en tiempos de guerra y 90 aviones, en su mayoría jets de combate F/A-18 Hornet.

 

Vista del la nave tras su llegada a la bahía de Valparaíso.

Sus 380 metros de largo y 74 de altura lo convierten en uno de los buques de guerra más grandes del mundo.

 

Según reportó Canal 13, los 18 pisos de está estructura lo transforman en un interminable laberinto, lleno de pasillos y escaleras, que podría hacer que se perdiera cualquiera de sus actuales 3.000 marinos.

 

Además del trabajo con las aeronaves, la alimentación es otro punto crítico en el buque, que cuenta con siete cocinas gigantes, donde diariamente se preparan más de 18 tipos de raciones alimenticias. Es decir, una producción de nivel industrial y a un costo de cuatro millones de dólares mensuales.

 

Entre sus instalaciones existen seis gimnasios, un hospital totalmente equipado, además de dos peluquerías e incluso un estudio de televisión para mantener informados a los tripulantes.

 

Durante todo el día los tripulantes trabajan, pero en la noche dedican su tiempo a entretenerse, realizando actividades como deportes y baile, en especial breakdance. Para ello está disponible un bar-discotheque.

 

Éste es uno de los 12 portaviones con que cuenta Estados Unidos.

 

El Washington puede alcanzar una velocidad de hasta 56 kilómetros por hora, gracias a la energía nuclear, que además le permite navegar hasta 20 años sin parar, antes de recargar sus baterías.

 

Los cazabombarderos que transporta pueden alcanzar en dos segundos los 320 kilómetros por hora, lo que logran gracias a un sistema de catapultas de vapor, que permite su despegue en la pista sobre cubierta.

 

Lo más complejo es el aterrizaje de estos aviones, pues las naves deben detenerse en menos de 200 metros, todo un desafío para los pilotos. (Cooperativa.cl)