Connecticut evocó al "común y corriente" Paul Newman
Personas que vivieron cerca del actor siguen impactados por su muerte.
"Honorable y cortés, nunca le importó ser una celebridad", recordaron.
La muerte del actor Paul Newman, el sábado a los 83 años, causó conmoción en Hollywood y en todo EE.UU., pero en la ciudad de Westport, en el estado de Connecticu, el impacto fue aún mayor.
Quienes se cruzaban en la calle con el ganador del Oscar lloran la partida de un "hombre común y corriente", que nunca hizo gala de su estatus de estrella.
Newman vivió en Westport con su esposa Joanne Woodward, a quien dejó viuda tras 50 años de relación, y era uno más de la comunidad, como recordó AJ Izzo, dependiente de un local al que el actor iba hace dos décadas.
"Entraba y decía: 'cómo estás AJ'; y yo le respondía 'hey Paul'. Probablemente dio más de lo que ganó en la vida y uno no encuentro mucha gente así", relató a la revista People.
Izzo dijo que la última vez que vio al actor fue hace dos meses, cuando llegó al establecimiento en busca de cinta adhesiva, y aunque se veía "bastante delgado" no comentó su enfermedad -un cáncer de pulmón-, porque "era el tipo de persona que gustaba de su privacidad".
Un buen cervecero
Además de calificativos como "honorable y cortés" o que "nunca le importó ser una celebridad", Paul Newman también no disfrutaba en público de la cerveza.
Incluso, hace un mes disfrutó de la bebida de cebada en el Pane Vino Restaurant, en la misma mesa que gustaba ocupar y donde tampoco pedía trato especial por ser "una celebridad"
Bryan Malcarney, dueño del Blue Lemon Restaurant, otro de los favoritos de Newman, aseguró que el actor "siempre bromeaba con los dependientes", pero "nunca fue una persona pomposa de Hollywood".