Nuevas pruebas revelaron que humanos ya podían hacer fuego hace 790.000 años
Fueron halladas a orillas de un lago prehistórico en el río Jordán, en Israel.
Entre todos los avances hechos por el hombre a lo largo de su historia, ninguno ha superado en importancia al dominio del fuego. Se sabe que desde hace más de un millón de años el hombre prehistórico fue capaz de utilizarlo, pero no queda claro en qué momento aprendió a fabricarlo a voluntad.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Judía de Jerusalén, en Israel, ha descubierto que, hace 790.000 años, el Homo ergaster ya era capaz de fabricar fuego.
Para llegar a estas conclusiones la arqueóloga Nira Alperson Alfil analizó con detalle miles de restos arqueológicos, hallados a orillas de un lago prehistórico cerca del río Jordan.
El yacimiento, cuya datación arroja 790.000 años de antigüedad, está formado por 12 estratos diferentes, que abarcan cerca de 100 mil años de historia y que guardan restos de los diversos grupos humanos que ocuparon la zona durante ese dilatado período.
Los restos incluyen más de medio millón de pequeños fragmentos de pedernal, descartes del proceso de fabricación de hachas y cuchillos de piedra.
Pero un dos por ciento de ellos están, literalmente, abrasados por el fuego. Y el equipo de arqueólogos se ha molestado en determinar con exactitud la procedencia de cada una de estas pequeñas esquirlas.
El resultado es que estos restos carbonizados se agrupan de forma muy apretada alrededor de ciertas áreas, en concreto aquellas en las que se hacía el fuego del campamento.
Nuestros ancestros, pues, afilaban y ponían a punto sus herramientas al calor de las hogueras, y una parte de las esquirlas terminaba inevitablemente entre las llamas.
Restos carbonizados
Se da, además, la circunstancia de que esta clase de restos carbonizados existen en cada uno de los 12 estratos excavados lo cual significa, a su vez, que las 12 sociedades tenían acceso directo al fuego.
Según Alperson-Afil, resulta muy improbable que una docena de grupos humanos distintos y repartidos en un período de 100 mil años tuvieran la inmensa fortuna de encontrar allí, todos ellos, una fuente natural de fuego de la que aprovecharse. Resulta más lógico pensar que eran capaces de hacer fuego por sí mismos.
"Todo apunta a que la habilidad para crear fuego formaba parte de su cultura junto a la capacidad de fabricar sus instrumentos de piedra", afirma la investigadora.
De otra forma, opina la arqueóloga, no se habrían encontrado todos estos restos acumulados de una forma tan repetitiva.
Al contrario, la capacidad para hacer fuego a voluntad debió ser esencial a la hora de llevar a cabo con éxito las diversas migraciones humanas desde África hacia Europa, un continente mucho más frío.
A pesar de todo, la técnica exacta que utilizaban estos humanos primitivos para conseguirlo sigue siendo un misterio.