Una de cada tres mujeres tiene señales de envejecimiento por tomar sol
Para evitar las manchas cutáneas es fundamental usar un fotoprotector a diario.
Tanto en verano como en invierno, las radiaciones solares aceleran la aparición de ciertos signos de envejecimiento, como las arrugas y las manchas o hiperpigmentaciones (léntigos, melasma y tez irregular). Un reciente estudio español lo ha comprobado, ya que una de cada tres mujeres, independientemente de su edad, presenta señales de este tipo.
Para prevenirlas es importante aplicarse durante todos los días del año un fotoprotector adecuado.
Este tipo de hiperpigmentaciones cutáneas (conocidas como manchas de la piel) son uno de los principales motivos de consulta dermatológica. Y es que, las manchas aparecen a edades muy diversas, generalmente a partir de los 35 años y afectan al 90 por ciento de la población mayor de 65 años.
En las consultas de dermatología, "esta es una preocupación más habitual entre las mujeres, ya que nosotros, por nuestra fisiología, estamos menos afectados", explica Manuel López, farmacéutico de los laboratorios Pierre Fabre (España).
Aunque la exposición más intensa se produce en verano, según los expertos, el resto del año también se reciben radiaciones solares, al contrario de lo que popularmente se piensa.
"El problema es que la mayoría de la población lo usa sólo cuando va a la playa, no se lo aplica en todas las zonas del cuerpo y no siempre eligen un producto que cubra tanto de los rayos ultravioleta de tipo B (UVB) como de los de tipo A (UVA)", afirma Vicente García-Patos, jefe de servicio de Dermatología del Hospital Vall d' Hebron (Barcelona).
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| Tomar sol provoca la aparición de arrugas y manchas en la piel. |
Rayos ultravioleta
El uso diario de una crema solar contra los UVB y los UVA bloqueará el proceso de estimulación pigmentaria, responsable de las manchas en la piel.
Los UVA, que suponen el 95 por ciento de las radiaciones que llegan a la tierra, penetran profundamente en la piel, por lo que provocan envejecimiento cutáneo y contribuyen al desarrollo del cáncer de piel.
Los UVB son más enérgicos y potentes. Producen quemaduras y también constituyen un factor desencadenante del cáncer de piel.
Según explica García-Patos, "cuando hace frío sudamos menos, por lo que sería aconsejable utilizar fotoprotectores más grasos, para que, además de proteger la piel, también la hidrate".
Otras causas de las manchas de piel
Además de la exposición solar, existen otras causas que originan las manchas más frecuentes de la piel, como factores genéticos y hormonales (embarazo, anticonceptivos).
Es muy típico que durante el embarazo aparezcan manchas asintomáticas y oscuras en la zona superior de la cara (frente y mejillas). Son los denominados melasmas (el nombre cambia cuando aparecen en una mujer embarazada: cloasma).
El 70 por ciento de estos son de tipo epidérmico (más superficiales y, por lo tanto, más fáciles de tratar). Se presentan especialmente en mujeres, a partir de los 20-25 años y en las zonas más expuestas (cara y brazos).
Los léntigos, también conocidos como manchas de la edad, aparecen como consecuencia de la acumulación de sol durante años. Por esta razón, quienes trabajan al aire libre o tienen pieles claras (a diferencia del melasma, que aparece en pieles más oscuras, del fototipo III y IV) son los más afectados.
Tratamiento
El envejecimiento o tez irregular es el tercer efecto más común de las radiaciones solares. Alrededor de 10 millones de mujeres con más de 50 años están afectadas.
Además de aparecer manchas pigmentadas, se acentúan las arrugas y la piel se presenta gruesa, poco elástica, amarilla y con pequeños vasos sanguíneos.
Este tipo de hiperpigmentaciones tiene un amplio abanico de posibles tratamientos, desde los más tradicionales (hidroquinona, derivados de la vitamina A y corticoides) hasta otras alternativas menos agresivas, con menos efectos secundarios, como el ácido glicólico, la vitamina C y la niacinamida.
"Cuando existe una larga lista de tratamientos, significa que ninguno es eficaz al 100 por ciento. El uso de cada uno de ellos depende de las características y de las expectativas de cada paciente", afirma García-Patos.
