Felipe "no tiene dolor ni miedo", afirmó su padre
Gonzalo Cruzat entregó detalles del diálogo entre el niño y su madre en la víspera.
La operación para conectarlo a un corazón artificial podría extenderse hasta unas 10 horas.
Felipe Cruzat, el menor de 11 años que espera desde hace 67 días un trasplante de corazón, "no tiene dolor ni miedo", según afirmó su padre, al entregar detalles entre una conversación del niño con su mamá en la víspera.
Gonzalo Cruzat afirmó que, la noche del jueves, María Ignacia "pudo comunicarse con él, pero fue una comunicación afectiva con Felipe y no respecto de la operación".
"Felipe en general ha dicho que se siente bien, que no tiene dolor y que no tiene miedo tampoco", sostuvo ante la prensa apostada frente al Hospital Clínico de la Universidad Católica.
La madre del menor, asimismo, se mostró "tranquila y con mucha esperanza" de cara a la intervención.
En ese recinto se inició, a eso de las 08:00 horas, la operación para conectar al menor a un corazón artificial, que llegó al país la noche del jueves.
El cirujano Horacio Vogelfang, parte del equipo médico, ratificó en tanto su cautela al calificar como "máxima" la complejidad de la cirugía.
"Son pacientes que están en muy grave estado, a los que hay que colocarles una máquina, un aparato, que pueda reemplazar la función de un corazón que ya está funcionando al límite", detalló.
Hasta el Hospital Clínico UC llegó además un grupo de 10 conscriptos de la Fuerza Aérea, que anunciaron a la familia la donación de sangre para el menor.
En la intervención -que se extendería entre cinco y 10 horas- se deben implantar cánulas, ventrículos y arterias del corazón para formar un sistema de mangueras que van conectadas a una consola, que funciona como bomba al extraer la sangre del corazón y volverla al cuerpo.
El valor del procedimiento es de 150 millones de pesos, que incluye el arriendo del corazón, traslado, intervención y observación, cuyo costo será compartido por el hospital, la isapre Cruz Blanca y la familia de Felipe.