Ennio Morricone se mostró nostálgico e impresionado por el desarrollo de Beijing

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Autor: Cooperativa.cl

El compositor, de 80 años, está en la capital china para realizar un show.

Ennio Morricone.
El compositor italiano Ennio Morricone, uno de los más prestigiosos autores de bandas sonoras de películas, se mostró, en una conferencia que dio este viernes en el Instituto Italiano de Beijing (Pekín), nostálgico e impresionado por los cambios producidos en los últimos 30 años en esta ciudad.

"Les voy a hablar de cosas que quizá les puedan parecer extrañas, pero hace 30 años vine a Beijing y hoy veo aquí a tantos jóvenes reunidos que me es imposible no recordar aquellos tiempos", dijo el compositor, de 80 años de edad.

Morricone explicó a un público principalmente chino que "en aquellos tiempos Beijing no tenía rascacielos, no era una metrópolis como ahora y tampoco tenía tantos autos, sino miles de bicicletas".

El compositor, con la energía y el entusiasmo de un joven, recordó la preocupación que sintió ante el miedo de que "el hombre que me hacía de chofer atropellara a las personas que recorrían las calles en bicicleta".

El músico italiano resumió varias anécdotas relacionadas con China y el cine, y citó a un amigo suyo director que "viajó a China para buscar un escenario para rodar una película. Lo encontró y al regresar, dos meses después, lo que entonces eran escombros se había convertido en un gran edificio".

"Esto demuestra el gran deseo de desarrollo y la velocidad a la que evoluciona China", un país con el que aseguró tener unas relaciones mucho más profundas de lo que la gente pueda imaginar.

Por otro lado, el músico italiano, creador de célebres bandas sonoras en largometrajes como "Los intocables", "Cinema Paradiso" o "Érase una vez en América" quiso dejar claro que él no escribe música para el cine, sino "música a la que yo llamo absoluta y que se conoce como música clásica".

La música para el cine, dijo, representa la opinión del director de la película y el compositor está siempre condicionado a los deseos del realizador.

Sin embargo, "la otra música, la absoluta, nace de la necesidad del compositor de plasmar su propia idea, de elaborarla, de destruirla, de recomenzarla. Es una obra libre", apuntó.