La revolución de la esperanza de Manu Chao estremeció a 10.000 espectadores
El ex líder de Mano Negra ofreció un concierto cargado de energía en Santiago.
Dedicó su show a la familia Vergara Toledo, la Fundación Víctor Jara y la causa mapuche.
Fueron alrededor de 10.000 las personas que se hicieron partícipes de la revolución de energía y fuerza vital que trasunta Manu Chao, artista que se presentó en Santiago la noche del jueves.
La citación era a las 21:00 horas, pero a esa hora el grueso de la gente aún purgaba por hacer ingreso por un único control que inicialmente se implementó en Pedro de Valdivia, en el exterior del Velódromo del Estadio Nacional.
Lo más sensato hubiese sido abrir varios accesos por el mismo sector, tomando en cuenta la gran cantidad de personas que ya habían adquirido sus boletos.
Pese al caótico y riesgoso ingreso, en medio de una turba que pujaba por hacer ingreso al recinto deportivo, no hubo desgracias que lamentar.
Una vez adentro todo era dicha para los fans, porque en esta fiesta con Manu Chao de anfitrión, no hubo cabida para Cancha VIP por ejemplo, sino que muy por el contrario existía una entrada general, donde cada quién se apostó según le pareciera.
En las más de dos horas y media de concierto se escucharon temas como "Me gustas tú", "Bienvenida Tijuana", "Desaparecido", "Clandestino", y "Si yo fuera Maradona", además de éxitos de su ex grupo Mano Negra como "King of Bongo", "Mala vida", "Casa Babylon".
En su recital también hubo cabida para recordar a la Villa Francia y los fallecidos hermanos Vergara Toledo, asesinados en la dictadura militar; enviar saludos a la Fundación Víctor Jara y dedicar el tema "Mentira", a propósito del panorama chileno ad portas de enfrentar elecciones parlamentarias y presidencial.
De igual forma invitó a escena a una joven mapuche que se quejó de las muertes y el trato que reciben los indígenas en el marco del denominado conflicto mapuche, quien junto a dos pequeños le obsequiaron al cantante franco-hispano "la bandera de su nación".
Cada tanto, Manu Chao se encargaba de recordar uno de los leitmotiv; "Pase lo que pase, ultima estación Esperanza, ultima estación Esperanza"; en un espectàculo en el que buscó entregar su mensaje de manera cercana y tal vez por ello se golpeaba el pecho con el micrófono y emulaba los latidos del corazón.
La gente no paró de bailar y cantar durante toda la jornada, y tanto es así que no hubo fuerzas para pedir un enésimo bis cuando el artista se despidió de escena definitivamente y se prendieron las luces del recinto.
El balance policial
Carabineros -que sólo se mantuvo en el perímetro de entrada y no ingresó al Velódromo mismo- informó preliminarmente de la detención de 20 personas por consumo de drogas, una por estado de ebriedad y otra por registrar una orden de captura pendiente.