Rubén Blades hizo bailar a su público en una noche repleta de salsa

El currículum de Rubén Blades tiene varios oficios -el de actor, abogado y político entre ellos-, pero sin duda el más destacado y el que la noche del pasado viernes lo convirtió en dueño del Movistar Arena es el de compositor de historias y músico salsero.

El show comenzó a las 21:10 con los sones de los Seis del Solar y un entusiasta público acompañaba a la banda con las palmas, pero tras aparecer Rubén Blades en escena, los gritos de sus seguidores dieron la bienvenida al show con el tema "El padre Antonio y su monaguillo Andrés".

Llegó el saludo de rigor, cuando el cantautor agradeció el recibimiento y recalcó que "celebramos el espíritu chileno" antes de continuar con "Cuentas del alma".

Entre canción y canción el panameño explicaba cómo hacía música para retratar experiencias urbanas y antes de interpretar "Pablo pueblo", recordó que esa canción, aunque con casi 40 años de vida, fue la que lo ayudó a decidirse por el servicio público y ser ministro de Turismo de Panamá.

La fiestaEl público se tomó los pocos espacios disponibles entre los asientos y las escaleras para bailar canciones como "Amor y control", "Buscando guayaba", "Maestra vida", "Adán García" o "Ojos de perro azul".

Y ante pifias generalizadas cuando el músico habló de las dictaduras latinoamericanas, contó que con sus temas busca que "esto nunca más ocurra" y siguió con "Desapariciones" y "Todos vuelven".

Con la bandera de Panamá enrollada en el cuello, el salsero dedicó al pueblo chileno la canción "Patria", mientras en la pantalla gigante aparecían imágenes de los mineros rescatados y del "Campamento Esperanza".

A las 23:30 horas hizo el primer bis y regresó con su clásico "Pedro Navaja", además de "Plástico" y "Muévete", cerrando así las casi tres horas de show y con un más que políticamente correcto regreso a los escenarios chilenos.

Con imágenes en la pantalla central, homenajeó a los "33 de Atacama".