Banco Mundial: La exclusión social crece como motor de la violencia
El BM emitió un informe para alertar de los nuevos escenarios en Medio Oriente y el norte de Africa.
Los países con debilidad institucional son más propensos a vivir conflictos civiles, añadió.
La exclusión social y la percepción de injusticia por parte quienes la sufren se han convertido en un gran motor de violencia en el mundo, y explican revueltas como las acontecidas en el último tiempo Medio Oriente y el Norte de Africa, alertó el Banco Mundial.
"El siglo XX se caracterizó por las guerras entre países y, en la última parte del siglo, por conflictos civiles. Ahora hay nuevos ciclos de violencia que involucran represión política, protestas sociales y en algunos casos violencia criminal, que amenazan los avances en los procesos de paz y tienen un grave impacto sobre el desarrollo", explicó Sarah Cliffe, co-directora del "Informe sobre Desarrollo Mundial" elaborado por el organismo.
La funcionaria destacó el progreso en la erradicación de las guerras civiles, que son una cuarta parte menos que hace 30 años, e indicó que el día de hoy aparecen entre los principales desencadenantes de violencia las elevadas tasas de desempleo juvenil, la desigualdad, la corrupción y la debilidad institucional.
El estudio del BM muestra, por ejemplo, que los países con instituciones débiles tienen entre un 30 y un 45 por ciento más probabilidades de vivir conflictos civiles y un riesgo mucho mayor de sufrir violencia criminal.
Nigel Roberts, también co-director del informe, resaltó que cuando se analizan las presiones internas que conducen a la violencia, un tema recurrente es la percepción de injustica y exclusión: "Eso ayuda mucho a explicar lo que ha ocurrido recientemente en Oriente Medio", indicó.
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| Los habitantes de países en conflictos tienen el doble de posibilidades de sufrir desnutrición. (Foto: EFE) |
Nuevas formas de violencia
Sin embargo, a las presiones internas se suman riesgos externos como las redes de crimen organizado y narcotráfico.
El estudio indica que unos 1.500 millones de personas viven en países con ciclos recurrentes de violencia política y criminal. Dicha violencia se ha convertido en uno de los grandes escollos para el desarrollo, como pone de manifiesto el que los habitantes de países con conflictos tengan el doble de posibilidades de sufrir desnutrición y un 50 por ciento más posibilidades de ser pobres.
El estudio señala que los ciclos de violencia tienden a repetirse y recuerda que el 90 por ciento de las guerras civiles de la última década ocurrieron en países que ya habían sufrido un conflicto civil en los últimos 30 años.
A lo anterior se suma la aparición de nuevas formas de violencia. El estudio menciona que países que negociaron con éxito acuerdos políticos y de paz, como El Salvador, Guatemala y Sudáfrica, afrontan actualmente elevados niveles de crímenes violentos.
Propuestas
Para solucionar el problema es necesario, según el BM, fortalecer las instituciones y mejorar la gobernabilidad, de forma que se dé prioridad a la seguridad ciudadana, la justicia y el empleo.
El estudio señala que los países que han logrado superar la violencia lo han hecho mediante múltiples momentos de transición.
"Los líderes nacionales tuvieron que generar confianza en el Estado y transformar las instituciones con el tiempo", dice el informe, que menciona el éxito en las transiciones a la democracia tras las dictaduras militares sufridas por Chile y Argentina.
