La flora intestinal divide a los humanos en tres grandes grupos
Investigación del programa europeo MetaHIT confirmó que la existencia de "patrones generales".
El hallazgo facilitaría tratamientos para la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y la obesidad.
El ser humano se divide en tres grandes grupos según su flora intestinal, independientemente de la raza o tipo de dieta, dice un equipo científico europeo después de clasificar a las personas por las bacterias que pueblan su intestino.
Hasta ahora se pensaba que cada persona tenía una flora intestinal diferente, como una huella digital propia, una idea que esta investigación echa por tierra al establecer tres tipos de microbioma intestinal, unos "patrones generales" que se repiten en las personas, sin diferencias por su procedencia.
El trabajo desarrollado por el programa europeo MetaHIT analizó genéticamente la población bacteriana intestinal de varios grupos de personas de diversos puntos del planeta, por medio de un estudio bioinformático.
El estudio ha sido realizado en el marco del proyecto MetaHIT que desde 2008 analiza los microorganismos y la actividad biológica para relacionarlo con desórdenes intestinales o nutricionales, y en el que participan trece entidades europeas.
Apuntando a tratamientos específicos
Los investigadores esperaban hallar diferencias microbianas según la raza, alimentación o territorios que habitaban los participantes; sin embargo, el responsable del MetaHIT en España, Francisco Guarner, indicó a EFE que los resultados agruparon a los humanos en tres grupos -algo similar a lo que ocurre con los grupos sanguíneos-, según la bacteria dominante que marca el microbioma de un individuo, es decir el resto de bacterias de su intestino.
Guarner utiliza el símil de un ecosistema para explicar esta división. Así, al igual que no es posible que por las condiciones climáticas un abeto crezca en medio de un desierto, ni un pino mediterráneo en un bosque tropical, en el ser humano la flora intestinal está marcada por una determinada bacteria que da pie a la presencia de más o menos bacterias de otro tipo.
El hallazgo permitirá, cuando el sistema de análisis microbiano se generalice, establecer tratamientos específicos adecuados para desórdenes intestinales o nutricionales -como colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn u obesidad- establecer qué falta o qué hay en exceso para corregirlo, y entender las diferentes respuestas a los tratamientos farmacológicos.