Hogar de Cristo pide acabar con sistema educacional "intolerante" para enfrentar deserción

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Autor: Cooperativa.cl

Institución lanzó en Cooperativa una campaña que busca evitar la deserción escolar.

"Los colegios no están implementados para que el sistema dé cabida de manera especial a estos niños", sostuvo Pablo Egenau.

 AGENCIA UNO

De acuerdo con el Hogar de Cristo, en Chile actualmente hay cerca de 100 mil niños desescolarizados.

El director social del Hogar de Cristo, Pablo Egenau, presentó en Una Nueva Mañana de Cooperativa la campaña "No más cuadernos en blanco", que busca un "llamado de atención al sistema educativo intolerante que tenemos en este país", para evitar la deserción escolar.

Según cifras de la institución, en Chile hay 100 mil niños desescolarizados, por lo que ya se han realizado intervenciones urbanas para poner en el tapete este asunto, como la marcha de las mochilas vacías en marzo pasado y una muestra de cuadernos en Plaza Italia.

A juicio de Egenau, "lo que el Ministerio de Educación debe hacer y, por lo tanto, todo el sistema escolar, incluyendo las alternativas de la sociedad civil es, en primer lugar, modificar los sistemas educacionales intolerantes".

"No son desertores escolares, como se habla generalmente de los niños que desertan del sistema escolar. La deserción es un acto voluntario, fundamentalmente egoísta, de abandono de una causa en la cual se militó", explicó.

"Estos son niños que han sido excluidos y han sido excluidos porque no se adaptan al sistema tradicional educacional y no se adaptan porque vienen de unas historias que generan unos síntomas, signos y conductas que son desadaptativas para los sistemas", remarcó Egenau.

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Intervención urbana en Plaza Italia. (Foto: AGENCIA UNO)

 

De acuerdo con su apreciación, quienes dejan el sistema "son chiquillos que tienen problemas conductuales, de ánimo, de consumo, de mayor o menor nivel de agresividad y, por lo tanto, los sistemas educaciones deben tener una comprensión de que lo que ese niño está expresando no es una mala conducta, sino que más bien es un síntoma y un signo de una historia de trauma, victimización y conflictos muy importantes".

"Lo que estamos pidiendo es que en el sistema normal educacional estos niños no sean expulsados. Es lo peor que les puede ocurrir, lo que significa nuevamente generar las capacitaciones, las competencias y los espacios adecuados para que esos niños, con esas características, transitoriamente, puedan ser incorporados de manera especial, sin ser excluidos", agregó.

Egenau concluyó que "los colegios, incluyendo los profesores, no están implementados para que el sistema dé cabida de manera especial a estos niños que requieren una atención mucho más personalizada y profesionalizada".