Joaquín Sabina celebró una vez más el "placer de aterrizar Santiago"

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Autor: Cooperativa.cl

El español concretó el primero de sus dos shows en el Movistar Arena.

Vino a presentar su más reciente placa de estudio "Lo niego todo".

 Sebastián Medina M.

21:10 horas y el español Joaquín Sabina volvió a pisar escenario chileno este martes en el Movistar Arena.

"Cuando era más joven" fue el punto de partida para un setlist de 22 canciones, en un extenso recorrido de poco más de dos horas para un clásico de la música iberoamericana.

"Cínico predicador del libertinaje" rezaba el titular de uno de los recortes de prensa que brillaba en las pantallas que acompañaron a Sabina en el recinto del Parque O'Higgins, mientras el protagonista hizo "Lo niego todo", el tema que le da nombre a su más reciente disco y también a la gira que lo trajo de vuelta a Chile.

"Siempre es un placer, viniendo de la vieja, cansada y decadente Europa, cruzar la espina dorsal de Los Andes, y aterrizar en Santiago", dijo más tarde, para ser aplaudido por los presentes ante una de sus tantas intervenciones. "Siempre es un placer volver a respirar el aire de esta tierra de volcanes y poetas".

Acompañado de siete músicos, el artista de traje púrpura y camisa negra le dedicó la primera parte del espectáculo fue a su nuevo trabajo discográfico y luego "que sea lo que Dios quiera", proyectó, para lanzarse con sus éxitos incombustibles.

Pero también hubo tiempo para rendir tributos. "Era chiquita, fea, la cara picada de viruelas y, quizás, no tenía muy buena voz, pero es imposible que alguien cante con la emoción y con la entraña que le ponía Violeta Parra", comentó Sabina antes de lanzarse con "Violetas para Violeta", su propio mini homenaje a la intérprete local en el centenario de su natalicio, sumándose así a otros artistas internacionales que este año le han rendido tributo en sus propios shows.

"La Magdalena", "Por el boulevar", "19 días y 500 noches", "Noches de boda" y "Nos dieron las 10", también desfilaron por la tarima.

Hubo risas, alabos para los propios integrantes de su banda y una segunda parte de hits; Sabina incluso desató las pasiones. Un solitario fanático en medio de la cancha dejó lo estático de su asiento para sacarse la polera y alzarla al viento, cual barra brava de un solo hombre, para cantar "Y sin embargo". No hubo guardia que lo contuviera, a pesar del esfuerzo que hicieron varios responsables de la seguridad. Hasta sacó aplausos junto al artista, cuando lo mostraron en pantalla grande. Una más de las postales de la noche.

No hubo mayor inconveniente, fue un show impecable. Mención especial para Mara Barros, una de las voces de apoyo que a ratos se robó el protagonismo, con un desplante interpretativo francamente impresionante.

Quizás el único pecado vino de parte de la producción, en la ambición de agendar dos shows, cuando ni siquiera el primero se repletó. Los claros, sobre todo en las localidades de platea alta y baja, lo pusieron en evidencia. Aún así fueron nueve mil almas las que disfrutaron de un espectáculo que se repetirá este miércoles con Joaquín Sabina, en el mismo Movistar Arena.