Absuelven de asesinato a enfermera japonesa que pasó 12 años en la cárcel

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EFE

La muerte de un paciente, en 2003, pudo producirse por causas naturales, según la sentencia exculpatoria.

Mika Nishiyama fue declarada culpable de asesinato en 2005 por haberle quitado supuestamente el respirador a la víctima.

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Nishiyama fue condenada a 12 años de cárcel, los que terminó de cumplir en agosto de 2017.

Un tribunal japonés absolvió este martes a una auxiliar de enfermería condenada por asesinato que pasó 12 años en la cárcel tras la muerte de un paciente en 2003 que, según indica la sentencia exculpatoria, pudo producirse por causas naturales.

Mika Nishiyama, de 40 años, fue exonerada por el Tribunal de Distrito de Otsu, a unos 14 kilómetros al este de Kioto (centro), en un nuevo juicio dos años y medio después de cumplir su condena.

El juez que presidió el proceso, Naoki Onishi, señaló que "no hubo juego sucio" en el caso y que el paciente, de 72 años, pudo morir "de una arritmia fatal u otras causas" naturales, según la sentencia recogida por la agencia de noticias japonesa Kyodo.

Nishiyama fue declarada culpable de asesinato en 2005 por haberle quitado supuestamente el respirador al paciente que estaba hospitalizado, tras admitir haberlo matado durante un interrogatorio policial, una declaración de la que posteriormente se retractó, alegando que había sido coaccionada para forzar su confesión.

La entonces auxiliar de enfermería se declaró inocente durante los procesos judiciales posteriores, pero un tribunal de Otsu dictaminó que su confesión era creíble y la condenó a 12 años de cárcel, que terminó de cumplir en agosto de 2017.

Según la sentencia de absolución, la confesión de Nishiyama no era creíble porque "los puntos clave de su declaración cambiaron drásticamente" y señala que uno de sus interrogadores se aprovechó de los sentimientos románticos que desarrolló hacia él para forzar una confesión que coincidiera con las pruebas circunstanciales.

Durante el nuevo juicio, la Fiscalía no impugnó las nuevas pruebas presentadas por la defensa de la mujer, incluida la opinión de un médico de que una arritmia pudo ser la causa de la muerte.

Nishiyama solicitó un nuevo juicio en 2010 y en diciembre de 2017 un tribunal superior ordenó reabrir el caso, argumentando que, según pruebas nuevas, el paciente pudo morir por causas naturales.

El nuevo juicio comenzó en febrero, casi un año después de que el Tribunal Supremo japonés aprobara reabrir el caso.